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Actualizado: 13 de octubre de 2025
Pasamos sin detenernos, entramos en las gargantas y pronto costeamos el Funza, que como el hilo de la virgen griega, nos guía por entre aquel laberinto de rocas, piedras sueltas ciclópeas, desfiladeros y riscos. El río Funza o Bogotá se forma en la sabana del mismo nombre de las vertientes de las montañas, y toma pronto caudal con la infinidad de afluentes que arrojan en él sus aguas.
No solo tiene mas de doscientas fuentes públicas y particulares, sino que se llegaron á contar ahora siglos, en su término, mas de 5,000 vertientes. La población, fea, desigual, sin gracia, triste y bastante sucia, hace un raro contraste con los alderredores.
Cuando á cada lado del monte es poco sensible el contraste de los climas, ya porque la dirección de toda la hilera de alturas es de Norte á Sur, ya porque vientos del mismo origen y cargados de igual cantidad de humedad rieguen ambas vertientes, pueden entonces los hombres de una misma raza distribuirse libremente en una y otra parte, entregarse á los mismos cultivos, á iguales industrias, practicar análogas costumbres.
La acción de sus piezas dramáticas se parece á una avalancha, que crece siempre en extensión, y se precipita con celeridad siempre mayor por las vertientes de las montañas, hasta que alcanza retumbando lo más profundo; su desarrollo se hace siempre adelantando con paso seguro, y cada vez más rápido, no deteniéndose hasta que llega á su término final, y arrastrando con su poderosa fuerza cuantos obstáculos se oponen á su precipitada marcha.
Doña Luisa poseía un magnífico cafetal en las vertientes del Banajao, y tan luego fué prescrito á la enferma la vida del campo, su solícita madre dió órdenes para que se alojara y dispusiera la casa que se alzaba en el centro de la hacienda. Nada de cuanto constituye lo necesario y representa lo supérfluo faltaba en la finca.
Mas en estos años antecedentes, porque los diamantes no perdiesen su estimacion, se prohibió por el Rey de Portugal sacarlos de Cuyabá. Los lavaderos se hallan en varias partes á las caidas ó vertientes de la gran Cordillera. Trabajan en estos lavaderos los negros esclavos, y dá cada negro á su amo en cada semana tres pesos de oro en grano, que es la única moneda que allí corre.
El 18 salimos de aquí como á las ocho del dia, y caminando como 4 leguas, entraba en nuestro rio, entre unos sauzales, otro por la parte del S con sonda de media vara, que dicen ser el Dorado, que debe sus vertientes al Cerro del Alumbre. De esta entrada, á la media legua, el rio, dejando su antigua madre, se extraña hácia la parte del S por espacio de una legua, y vuelve á su natural cajon.
Sin la cooperación de aquellos bejucos volantes, y sin la práctica y esfuerzos de los guías indios no habría medio de hacer el viaje de Bato á Viga por tierra. Contando con toda clase de elementos se tarda en esta expedicioncita de recreo diez y seis á veinte horas. Las vertientes del Cantilamo dividen las jurisdicciones de Bato y Viga.
Separando con su enorme masa las naciones que por una y otra parte sitian sus vertientes, la montaña protege también á los habitantes, generalmente poco numerosos, que han ido á buscar asilo á los valles. Los abriga, los hace suyos, les da costumbres especiales, cierto género de vida, particular carácter.
Conserva ya este lugar escasos vestigios de lo que ha sido un dia; mas no deja de tener aun interes, ora se atienda á su pintoresca posicion en una de las vertientes de la Sierra, ora al realce que le dan las frondosas arboledas de los cerros de cuyo fondo se destaca, ora al espectáculo que desde alli presenta la ciudad cuando el sol no ha logrado disipar aun la neblina en que está ligeramente envuelta, ora á las ideas que inspira la memoria de haber sido enterramiento , ora por fin á que corren debajo de ella entre paredes de estaláctitas aguas puras y cristalinas que brotan gota á gota del seno de las peñas . Detras de la Arrizafa corren á lo largo las faldas de la Sierra, coronada de pinos: allá en las faldas mismas blanquea entre los bosques una que otra ermita: ¡ah! el corazon se ensancha al ver tanta belleza, al contemplar tan deliciosa soledad, tan dulce calma.
Palabra del Dia
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