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Actualizado: 14 de junio de 2025


Los que eran causadores de estos males, Lo bueno de la tierra se gozaban; Los otros hambreaban suspirando, Y á Dios justa venganza suspirando. Entre otros que prendió fuera Vergara, Hermano de Ruy Diaz Melgarejo: Y á aqueste sino huye le ahorcára, Que voluntad no falta y aparejo.

Pero ¡qué tristeza asomar la frente por las rejas de la ventana y ver aquel cielo siempre encapotado, dejando caer, sin cansarse nunca, agua y más agua! ¡Y luego aquel modo de graznar que tiene la gente para decir lo que se le ocurre! Parecen todos algarabanes. Lo único que había sentido al dejar a Vergara fue una niña con quien se había encariñado mucho, llamada Maximina.

Las costas del seno son en general elevadas, limpias y acantiladas, y en la parte N. se hallan las islas Samal y Talicut. La costa O., desde la punta Calián corre próximamente 36 millas al NNO. hasta el puerto de Malalag, y de aquí 26 millas al NNE. hasta el pueblo y río de Davao ó de Vergara.

Consulta Juan Ortiz como le pide El Cacique al sobrino: aconsejaba Vergara no se , y aun que lo impide Por causas muy urgentes que mostraba. Por sola voluntad suya se mide El Juan Ortiz, que á pocos escuchaba; Una canoa pide á Zapicano Le traiga por rescate y un cristiano.

No sabiendo a qué santo encomendarse para dar a Villamar cierto aire moderno, que lo elevase a la altura del día, imaginó dar al camino que iba desde el pueblo a la colina en que estaban el cementerio y la capilla del Señor del Socorro, el nombre patriótico de CAMINO DE URDAX, por ser el de una batalla que precedió al convenio de Vergara. Pero entonces le salió peor la cuenta.

La pluma de Lope, jamás ociosa, no podía estarlo en Sevilla, y así fué; aquí escribió varias comedias, entre las que se cuentan La corona merecida, y algunos autos, como El hijo pródigo y El viaje del alma, representándose durante aquellos años por las compañías de Vergara y Villalva, algunas obras de Lope, que aunque ya conocidas en otras partes no lo eran aún del público sevillano.

Los únicos días felices fueron algunos que pasó en el convento de Vergara, cuando había estrechado amistad con Maximina. El cariño ciego, mejor dicho, la adoración extática de aquella niña, la había consolado de bastantes pesares. «¡Dios perdone a quien me separó de ella

En mayo de 1710 se trasladó doña Josefa Portocarrero Lazo de la Vega al nuevo convento, del que fué la primera abadesa. Cuatro meses después de su prisión, la Real Audiencia condenaba a muerte a don Fernando de Vergara. Este desde el primer momento había declarado que mató al marqués con alevosía, en un arranque de desesperación de jugador arruinado.

A tal punto llegó el atrevimiento, Del bando del Irala, que casando Su hija con Vergara, por contento Y placer, un soldado suspirando En una farsa sale descontento, Y roto y pobre, y otro preguntando, Y él responde, diciéndole ¿quien era? De los leales soy, que no debiera.

Esta patraña, que yo la tengo por tal, está acreditada por muchos i mui buenos escritores, engañados por el forjador de semejante documento, tales como don Frai Prudencio Sandoval , Arias Montano , el doctor Juan de Vergara , el doctor Francisco Pisa , Frai Juan de Pineda , Quintana Dueñas , Rodrigo Caro , Tamayo de Vargas , Francisco de Padilla , don José de Pellicer , don Diego de Castejon , Rodrigo Mendez de Silva i otros muchos que por no caer en prolijidad remite al silencio mi pluma.

Palabra del Dia

rigoleto

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