United States or Guinea ? Vote for the TOP Country of the Week !


Aplícate la venda, hija, que no pareces por mi casa más que por semestres. Yo tengo hijos, querida. ¡Miren ustedes qué disculpa! Yo también los tengo. En Chamartín. Bueno; el tener hijos no te priva de ir al Real y al paseo. Clementina se sentó entre su cuñada y la marquesa de Alcudia. Los demás volvieron a ocupar sus asientos.

Permite que á tus ojos ponga venda, Y que en el fondo de tu mente encienda La antorcha de la , Para que pueda ver tu inteligencia Los mundos que se ocultan á la ciencia, Y lo que el hombre al despertar no ve.

Animábase mucho, porque cuando se alzaba un poquito la venda, contraviniendo las órdenes del médico, percibía la luz, aunque con impresión turbada y dolorosa. Como quiera que fuese, tenía el convencimiento de que el órgano no estaba perdido y de que más tarde o temprano recobraría el uso de aquella función preciosísima.

No cabía duda de que la viuda sentía una secreta inclinación por el hijo de Miguelina... ¿Cómo no lo había él adivinado ya desde el primer día, él que se preciaba de tan buen observador?... Cierto que su egoísta vanidad y su estúpida preocupación de representar tan bien su papel de enamorado le habían puesto una venda en los ojos.

Me parece como si hubiera vivido hasta ahora con una venda sobre los ojos sin saber que tenía cerca un pedazo de cielo, una palomita de oro, un talego de perlas que á patadas hubiera esparcido por el suelo. Y ahora que me ha caído la venda me bajo á recogerlas y las beso, ¿sabes?... Escucha: todo el mundo dice que soy orgulloso y quizá tengan razón; pero contigo no quiero serlo más.

Si vale comparar rostros de personas con rostros de animales, y si para conocer a la Burlada podríamos imaginarla como un gato que hubiera perdido el pelo en una riña, seguida de un chapuzón, digamos que era la Casiana como un caballo viejo, y perfecta su semejanza con los de la plaza de toros, cuando se tapaba con venda oblicua uno de los ojos, quedándose con el otro libre para el fisgoneo y vigilancia de sus cofrades.

Los bienes de madre son míos; ella me quiere con toda su alma y hará por los mayores sacrificios. No dude usted, pues, de que dentro de seis meses tendrá los ocho mil reales que ahora me preste, sin necesidad de que yo me venda para pagárselos.

Algo le pareció que convenía ya, cuando no desatar la venda, aflojarla un poquito. Era tiempo de iniciar a Inesita en los más sencillos misterios de este pícaro mundo. Movida por este pensamiento, añadió doña Beatriz: , hija mía, hay diversos estilos de mirar.

Le quería dar un beso. Sabel salió y volvió con el chiquillo agarrado a sus sayas. Le había encontrado escondido en el pesebre de las vacas, su rincón favorito, y el diablillo traía los rizos entretejidos con hierba y flores silvestres. Estaba precioso. Hasta la venda de la descalabradura le asemejaba al Amor. Julián le levantó en peso, besándole en ambos carrillos.

Le pareció que caía la venda de sus ojos y se rió de mismo que por mucho tiempo había adorado a aquel idolillo de marfil. Cuando instado por el público Rojas se puso de nuevo a leer La danza de las ondinas no pudo resistir más; se alzó del asiento y salió a la calle. Aburrido y encolerizado bajó hasta la Puerta del Sol y entró en un café a tomar chocolate.