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Actualizado: 5 de junio de 2025


Pero esto concluirá; yo te juro que concluirá, ó es preciso creer que no hay Dios en el cielo, perder la fe y renegar del mundo y del alma. Mira, Lázaro continuó con tono vehemente y apretándole el brazo con tanta fuerza, que le hizo retroceder inmutado y perplejo; Lázaro, si tu eres de esos, olvida que por tus venas corre mi sangre, olvida que soy hermano de la que te dió el ser.

Basilio guiñando. La devota Hermana Penchang pensó que con aquel regalo la Virgen de Antipolo se ablandaría y le concedería su deseo más vehemente: hácia tiempo que le pedía un milagro ruidoso en que vaya mezclado su nombre para inmortalizarse en la tierra yendo al cielo despues, como la Cpna. Inés de los curas, y preguntó por el precio. Pero Simoun pedía tres mil pesos.

La pintura minuciosa, vehemente y sobrado material de la pasión, convierte su fisiología en patología; hace pensar, no en robustez y energía, sino en desequilibrio de facultades, en el hospital ó en el manicomio.

GOPA. Yo creo en el impulso magnánimo que le mueve, y esto me basta: creo en su dulce compasión por todos los seres; en su amor a los hombres, a quienes mira como a hermanos, sin distinción de castas; y en su deseo vehemente de enseñarles el camino de la virtud y de la paz.

La apuesta era la pasión más vehemente, el placer más vivo de los ricos encerrados en la montaña. Las pruebas de bueyes y los desafíos de barrenadores hacían que se cruzasen enormes cantidades. Era el culto á la fuerza, la adoración á la brutalidad, con todos los encantos del juego de azar.

El compartirse entre el compañero legal y el hombre amado era un tormento que no podía soportar su entusiasmo simple y vehemente. Cuando trotaba una noche por la rue de la Pompe mirando su reloj y temblando de impaciencia al no encontrar un automóvil ó un simple fiacre, le cortó el paso un hombre... ¡Esteban Laurier! Aún se estremecía de miedo al recordar esta hora trágica.

Su predominio en los medios técnicos de exposición aparece así en el diálogo ordinario, que, sin embargo, se distingue del común y vulgar por un ligero tinte poético, como en el calor vehemente de la elocuencia.

La obra de toda su vida, las grandes victorias ganadas al lado de Don Ramón, aquel poder político tan cuidadosamente pulido y aguzado, todo iba a quebrarse y perderse por culpa de un chiquillo ligero, vehemente; que al adorar a una mujer arrojaba a sus pies lo suyo y lo de los demás.

Ni el discurso entrecortado y vehemente de su madre, ni los sollozos que le siguieron, lograron hacerla variar de actitud. Así permaneció un buen rato, inmóvil y blanca como una estatua.

No representa nada en este momento, pero ¡quién sabe si algún día!... Se forja la ilusión de que las minas de Méjico pueden reemplazar á su perdida fortuna de Rusia; ¡y entonces!... Siente un deseo vehemente de recuperar la riqueza para hacer el bien; un anhelo que tiene algo de remordimiento.

Palabra del Dia

irrascible

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