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Actualizado: 23 de junio de 2025
Nacieron de aquí la confianza y alguna familiaridad, hasta donde es lícito y decoroso que la familiaridad se entable entre una dama principal y una trabajadora plebeya; pero al fin, como doña Inés tenía que mostrarse a Juanita en paños menores para probarse corsés y vestidos, ¿qué mucho que la confianza naciese y creciese?
Rocafort dividió su gente en Rodesto y Pacía, Montaner, escribano de racion, quedó gobernando en Galípoli, donde los bastimentos y armas de todo el campo se juntaban y prevenian. Si á los soldados de los demas presidios le faltaban armas, caballos y vestidos, acudian á Galípoli.
Sería cosa interminable el referir una por una todas las bellezas que el arte y la naturaleza de consuno habian aglomerado en el delicioso recinto de Azzahra: bellezas realzadas con el esplendor de la corte, la muchedumbre de soldados, pages, eunucos y eslavos, de todos paises y religiones, costosamente vestidos de seda y brocado, que circulaban por sus anchas calles, y los grupos de jueces, katibes, teólogos y poetas que gravemente paseaban aquellos suntuosos salones, aquellos espaciosos vestíbulos y antecámaras.
Desnoyers vió soldados apeándose de un salto, todos vestidos de gris verdoso, con una funda del mismo tono cubriendo el casco puntiagudo. Uno de ellos, que marchaba delante, le puso su revólver en la frente. ¿Dónde están los franco-tiradores? preguntó. Estaba pálido, con una palidez de cólera, de venganza y de miedo. Le temblaban las mejillas á impulsos de la triple emoción.
38 Y como Lida estaba cerca de Jope, los discípulos, oyendo que Pedro estaba allí, le enviaron dos hombres, rogándole: No te detengas en venir hasta nosotros. 39 Pedro entonces levantándose, fue con ellos; y cuando llegó, le llevaron al cenadero, donde le rodearon todas las viudas, llorando y mostrando las túnicas y los vestidos que Dorcas les hacía cuando estaba con ellas.
La fuente de este pensamiento, habrá sido probablemente la novela religiosa de Barlaam y Josafat, en la cual se cuenta que un Príncipe, á causa de la desdicha que le amenazaba hasta cumplir los diez años, había sido encerrado en una obscura cueva, y, después del transcurso de este tiempo, había salido á la luz del día con motivo de una fiesta de corte, llenándose de asombro al contemplarse rodeado de muchos objetos de valor, y de señoras y caballeros, lujosamente vestidos.
Hizo la crítica de los vestidos que llevaban varias niñas el día del premio del «Jockey Club». Parece que Clotilde se presentó con un sombrero un tanto estrambótico. Me preguntó si la había visto. Y como le dijera que no, exclamó al punto: «Era un sombrero ¡digno! de verse». ¿Y Carlitos Nuezvana, ¿estuvo muy espiritual? Ese me habló de modas masculinas.
Y Dešÿ lo ovierõ crucificado, repartierõ šus veštidos echando šuertes: paraÿ še cumpliešše loÿ fué dicho por el Propheta, Repartieronše mis veštidos, y šobre mi ropa echaron šuertes. Y guardavanlo šentados alli. Y pušieron šobre šu cabeça šu cauša ešcripta, ESTE ES IESVS EL REY DE LOS IVDIOS. Entonces crucificaron con el dos ladrones: uno
Era mucho más exigente con la modista para sus vestidos que para los propios, y la frase que más la halagaba en boca de sus amigos, era la que envolvía un piropo para su hija. Llevábala a muchas partes consigo, y se afanaba y desvivía para hacer cuanto antes, con la debida solemnidad, su presentación en «el mundo».
Ellas, las mozas, venían en grupo, disimulando su turbación con una sonrisa y haciendo sonar sus enaguas almidonadas y sus vestidos de percaltiesos a fuerza de planchado y que cantaban alegremente al rozar el suelo.
Palabra del Dia
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