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Actualizado: 7 de mayo de 2025
Pidieron los Embajadores, que se les diese seguridad para su vuelta á Galípoli; fuele luego concedido, dándoles un comisario, con trato se partieron á Rodesto, treinta millas lejos de Constantinopla, y por órden del comisario que les acompañaba fueron presos hasta veinte y siete con los criados y marineros, y en las carnecerías públicas del lugar les hicieron cuartos vivos.
Al mismo tiempo que Montaner hizo tan buena suerte contra Jorge, Rocafort, y Fernan Jiménez de Arenós juntaron la gente que estaba dividida en Pacía, Rodesto y Módico, y entraron por Thracia hacia el mar mayor, haciendo lo que siempre, pegando fuego á los lugares después de saqueados y de talar y abrasar los frutos de las campañas, cautivar, matar y jamas aflojando en su venganza.
Y mas sobreviniendo un ejército de gente enemiga, á quien el deseo de su venganza puso en la necesidad de morir, ó vencer. Los nuestros hacen algunas correrias, y toman á las ciudades de Rodesto, y Pacía.
Después de haberse visto con los Capitanes que estaban en Rodesto, y Pacía, y comunicado con ellos su resolucion, caminó con su gente la vuelta de Constantinopla y pasado el rio, que los antiguos llamaron Batinia, saqueó y quemó muchos pueblos á vista de la Ciudad.
Para llegar á ella forzosamente se habian de dejar los nuestros pueblos enemigos á las espaldas, y esta seguridad causó descuido en los vecinos de Rodesto, porque nunca creyeron que los Catalanes se aventurarian sin tener la retirada llana y sin peligro, pero estas dificultades fueran bastantes, si el agravio no las atropellará.
Ardia en los corazones de los Catalanes el deseo De vengar la muerte afrentosa de sus Embajadores, en los naturales y vecinos de Rodesto, donde tan inhumanamente fueron despedazados y muertos. Salieron á esta jornada hasta los niños, en quien fué mas poderosa la pasion de su venganza, que la flaqueza de su edad. Estaba esta Ciudad ribera del mar, sesenta millas de camino por tierra de Galípoli.
Los embajadores de nuestro ejército á la vuelta de Constantinopla por órden del Emperador fueron presos y muertos cruelmente en la Ciudad de Rodesto.
Rocafort dividió su gente en Rodesto y Pacía, Montaner, escribano de racion, quedó gobernando en Galípoli, donde los bastimentos y armas de todo el campo se juntaban y prevenian. Si á los soldados de los demas presidios le faltaban armas, caballos y vestidos, acudian á Galípoli.
Juntos los Capitanes en Pacía, resolvieron que para esta faccion se debia hacer el mayor esfuerzo, y así para poder sacar mas gente, desampararon á Pacía, Módico, y Rodesto; solo quedó Galípoli donde se retiraron todas la mujeres, debajo del gobierno de Ramon Montaner, con doscientos infantes, y veinte caballos.
Palabra del Dia
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