Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 23 de junio de 2025


Entre tanto hizo el P. Zea enarbolar una cruz en un alto, y puestos todos de rodillas delante de ella, la adoraron; y entonadas las letanías de la Virgen, puso aquel pueblo debajo del patrocinio y tutela de nuestro Padre San Ignacio, cuya advocación le dió.

Reventaban de risa con estas cosas los duques, como aquellos que habían tomado el pulso a la tal aventura, y alababan entre la agudeza y disimulación de la Trifaldi, la cual, volviéndose a sentar, dijo: «Del famoso reino de Candaya, que cae entre la gran Trapobana y el mar del Sur, dos leguas más allá del cabo Comorín, fue señora la reina doña Maguncia, viuda del rey Archipiela, su señor y marido, de cuyo matrimonio tuvieron y procrearon a la infanta Antonomasia, heredera del reino, la cual dicha infanta Antonomasia se crió y creció debajo de mi tutela y doctrina, por ser yo la más antigua y la más principal dueña de su madre.

Y doña Catalina salió de la antecámara de la reina, y se metió por una galería obscura. Felipe III atravesó con impaciencia el pasadizo secreto que ponía en comunicación su cuarto con el de la reina. Halagaba al rey el hacer alguna cosa por propio; tan acostumbrado estaba á la tutela de Lerma desde muy joven.

Grandes altercados hay entre los nobles de León acerca de la tutela del joven rey Alfonso: Payo de Bivar, uno de los más poderosos, aunque lleno de orgullo, quiere arrebatarle sus bienes, é insulta grosera é indignamente al anciano Mendo de Benavides, su adversario.

¿Ya se van ustedes? dijo el clérigo, que no veía la hora de que se marcharan, porque desde la cocina llegaban á sus narices los olores de la olla de carnero que le estaban preparando. Mi señor don Silvestre dijo Paz, no podemos detenernos, porque ahora no somos libres. Nos hemos echado encima una carga muy pesada: la tutela y educación de una joven que nos dará muchos disgustos. ¿Qué es eso?

Este consistía, como ya sabemos, en acciones de una fábrica de pólvora y en títulos de la Deuda. Unos y otros documentos guardábalos su madre en un cofrecito de hierro dentro de su armario. Cuando murió, el pariente de los chicos a quien correspondía la tutela vino a examinarlos y tomó nota de ellos.

Por este tiempo la Reina, siempre opuesta a las malas artes con que gobernaba el privado, arreció en su empeño de derribarle procurando que Felipe IV sacudiera la vergonzosa tutela en que vivía.

Años antes había estado en Italia con motivo de una peregrinación católica: su madre le había confiado a la tutela de un canónigo de Valencia, que no quiso volver a España sin visitar a don Carlos, y Rafael recordaba las callejuelas de Venecia, al pasar por las calles de la vieja Alcira, profundas como pozos, sombrías, estrechas, oprimidas por las altas casas, con toda la economía de una ciudad que, edificada sobre una isla, sube sus viviendas conforme aumenta el vecindario y sólo deja a la circulación el terreno preciso.

Su orgullo, en su sentir humillado, le hería el corazón y no le dejaba dormir. ¿Conque no podría ella, por misma y libre, hacerse respetar? ¿Sería menester acudir a don Paco para que la defendiera, comprometiéndose? ¿Tendría razón doña Inés en aconsejarle que fuese monja? ¿Eran tan viles sus antecedentes que no podría ella ser estimada y acatada sino bajo la protección y tutela de un hombre generoso que le tendiese la mano y la sacase del fango en que al parecer había vivido?

Imbuído en las prevenciones de su padrino, esperaba que la señorita Guichard intentaría acapararle enteramente, tenerle en tutela, convertirle en una especie de cartujo privado. Y en lugar de tales medidas de rigor, reclamaba modesta y casi humildemente que no se prescindiese de ella. El tirano se metamorfoseaba casi en víctima.

Palabra del Dia

irrascible

Otros Mirando