Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 28 de junio de 2025
Los cuatro desalmados rugieron con ira; pero el militar parecía resuelto á defender á Elías hasta el último trance. "Apartaos dijo. Este hombre está loco. ¿No conocéis que está loco? Que retire esas palabras dijo riendo siempre Calleja, que aun en la embriaguez blasonaba de usar con propiedad las formulas parlamentarias. ¿Qué rítire ni ritire?
Algunos salían al campo para ocultar su emoción, en la que había algo de miedo. ¡Cristo! ¡Y así morían las personas! ¡Tanto costaba perder la vida!... Y la certeza de que todos habían de pasar por el terrible trance con sus contorsiones y estremecimientos, les hacía considerar como tolerable y dichosa la vida de trabajo que venían arrastrando.
Sean, pues, parte tan claros desengaños para que volváis, ya que no podáis hacer otra cosa, el amor en rabia, la voluntad en despecho, y acabadme con él la vida; que, como yo la rinda delante de mi buen esposo, la daré por bien empleada: quizá con mi muerte quedará satisfecho de la fe que le mantuve hasta el último trance de la vida.
Pensaba que lo que le ponía taciturno era lo que le había leído antes en los ojos, el pesar de haberse colocado en una falsa situación. Sin embargo, concluyó por hablar y adoptó el tono jocoso. Quería distraerle a todo trance. Padre, está usted muy pensativo. Usted tiene hambre. El sacerdote hizo un esfuerzo para sonreír. No tal.
El Lerma le prendió, y puso prisiones, Y á aquellos que al presente le ayudaron; Que poco aprovecharon las razones, Que en su defensa al Lerma presentaron. De aqueste trance, bregas, y pasiones, Algunas pesadumbres se inventaron: Hernán Mésia y Sotelo aprisionados Aquí fueron, que dicen ser culpados. Movióles á venir su desventura A Villalta y Mosquera.
Todos están igualmente lejanos de Timor para nosotros replicó Van-Stael. Yo creo que nuestra situación no es desesperada, Capitán, y que con un poco de valor lograremos salir de este trance. Por eso quería saber si estamos muy distantes de Dory. ¿Del puerto de Dory? preguntó el Capitán, en cuyos ojos brilló un relámpago de esperanza.
Entonces ella se enfadaba, insistía, quería a todo trance coger carne. Al cabo, él aflojaba los músculos diciendo: Te dejo morder; pero a condición de que me hagas sangre. No, eso no respondía ella, expresando en la sonrisa anhelante el deseo de hacerlo. -Sí, quiero que me hagas sangre; si no, no te dejo. La niña empezaba apretando poco a poco la carne de su marido. ¡Más! decía éste.
Si no por las buenas, por las malas tendría que quedarse aquel día en la cama, y el siguiente, y el otro, y todo el tiempo que durase el temporal de nieve. Había que evitar a todo trance los enfriamientos... Después, ya se vería.
Indudablemente, á él le tocaba ampararla en aquel trance, apartarla del vicio á que su soledad podía conducirla, socorrerla, en fin, porque habla sido su amiga, le había amado, y en tales casos es de corazones generosos y buenos olvidar las injurias y pagarlas con nobles acciones. Viendo que no le daban razón de su paradero, bajó y salió dispuesto á buscarla. Pero ¿dónde, dónde la iba á encontrar?
Una piragua se había adelantado, y sólo distaba ya cuatro millas. La otra, no tan buena velera, por lo visto, se quedó rezagada; pero sin abandonar la caza. Sin duda aquellos astutos salvajes se habían dado cuenta de las intenciones de los náufragos, y querían a todo trance impedirles llegar a la playa de la gran isla.
Palabra del Dia
Otros Mirando