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Actualizado: 28 de septiembre de 2025
Pendientes de la ancha charpa, de cuero también, que ceñía su cintura, había un revólver a un lado y al otro lado un enorme cuchillo de monte. En la mano derecha cubierta de guante de gamuza, tenía una escopeta de dos cañones, que descansaba en el suelo y sobre la cual se apoyaba. Por bajo, había un rótulo que decía: al ir a caza de tigres.
La primera idea que atravesó su mente fue la de un crimen. En sus músculos sintió estremecerse una fuerza centuplicada por la rabia. Preguntose por qué con sus manos no rompía el obstáculo tan sutil que la separaba de su dicha, y por un instante fue la hermana de aquellas Thyades que desgarraban en pedazos los leones y los tigres vivos.
Eran á modo de juguetes mecánicos como los que había usado él siendo niño: leones, tigres, lagartos y aves de aspecto fatídico, con vistosos colores y ojos abultados. En el interior de estos automóviles iban sentadas otras personas diminutas, iguales á las que navegaban por el aire. Parecían venir de muy lejos, y la muchedumbre pedestre abría paso respetuosamente á sus vehículos.
Tengo seis hijos... y una infeliz... diré viuda..., pues veo que voy á morir... Leo en vuestros ojos que sois peores que fieras... ¡Sí, peores! Y el padre se arrastraba por el suelo, y levantaba hacia los ladrones una cara... ¡Qué cara!... Se parecía á la de los santos que el rey Nerón echaba á los tigres, según dicen los padres predicadores...
Al suelo cayó al fin apuñaleado, Como gigante mole desprendida, Grande como en su vida en su caida Murió abrazando el Argentino altar, Y los cobardes tigres carniceros Cortaron su cabeza noble y santa, Y profanaron con inmunda planta El cadáver del héroe popular.
Su sonda, de cuatro cuartas; y á la parte del S está una vistosa isleta, llena de árboles y laureles y otros árboles: tenia esta isleta como una legua de largo. Observamos ser tanta la copia de tigres este dia, que de cinco y de seis paseaban las riberas.
¿De veras...? Pues no tengas cuidado, hermosa mía, que por tu amor soy capaz, no diré de cazar patos y conejos, sino hasta tigres y leones... Aún más: soy capaz, si tú lo exiges, hasta de pescar con caña. ¡No tanto! exclamó la joven riendo . Bastará con que alguna vez me acompañes. Te prometo no llevarte lejos. ¡Qué hermosa eres, Clara!
Todos estos bosques, poblados de una diversidad prodigiosa de plantas casi desconocidas, abrigan tambien en su seno tigres y otros animales feroces. Las orillas del Mamoré presentan á cada paso paisages pintorescos, y á los que la variedad de vegetacion da un aspecto el mas risueño.
Leones, tigres, osos y otras fieras rodeaban á los recién venidos, y de los árboles resonaba una música melancólica que entonaban los que habían visitado antes la isla, transformados por los encantos de Circe. Después había de repente truenos y temblores de tierra.
Yo he matado tigres, dijo tranquilamente Tragomer, y la cosa no es tan terrible... Usted no hace justicia á Sorege; es infinitamente más terrible. Jacobo había asistido á todo este diálogo sin pronunciar ni una palabra y como absorto en sus reflexiones. Se hubiera podido creer que no oía.
Palabra del Dia
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