Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 9 de mayo de 2025


Yo opino que : en fin, gracias a Dios, todo ha terminado felizmente para todos: acaso de aquella oposición que entonces se hacía a mis proyectos, ha resultado el buen acierto que hemos tenido en su realización.

El arroyo se purifica cada vez más, pero al mismo tiempo deja de ser el mismo, y se pierde en la poderosa corriente del río, que lo lleva hacia el océano. Su pequeña masa, gota á gota y molécula á molécula, se ha confundido con la gran masa: la historia del arroyo ha terminado, al menos en apariencia.

Cuando hubo terminado el tercer acto de Los Hugonotes, el notario prosiguió en esta forma: Señores, adivino que sienten ustedes curiosidad por saber lo que había sucedido a nuestro amigo Arturo, y sobre todo, por saber a ciencia cierta de qué clase de sujeto se trataba. ¿Por qué no ha empezado usted por ahí? le dije.

Sin embargo, siguió corriendo, casi ahogándose de fatiga. La muchacha se detuvo a la puerta de una gran casa, con muchos pisos. Cuando se disponía a abrir, Krilov se acercó a ella y, sonriendo amistosamente, la miró a los ojos. Con la sonrisa quería decirle que la broma se había terminado y que ya no tenía nada que temer.

A partir de aquel momento mostré la terrible franqueza de los neófitos. Como poseía la verdad, consideraba necesario proclamarla á gritos, y bastó que un día, conversando con varios estudiantes hembras, dijera solamente una pequeña parte de lo que yo sabía, para que cayese sobre una serie de persecuciones que aún no ha terminado.

Asperges... Asperges... y dio hisopazos a derecha e izquierda. Después, recogiéndose la capa y sonriendo a las señoras, con la satisfacción del que da por terminado su trabajo, se dirigió a la capilla seguido por el sacristán, portador otra vez del hisopo y el caldero. ¿Esto sa acabao? preguntó flemáticamente al capataz, un viñador viejo, de rostro grave. : sa acabao.

Cuando los amantes, dando por terminado el arreglo del dormitorio, volvieron a lo que había de ser despacho, Maltrana buscó el martillo y los clavos. Quería adornar su habitación de trabajo colocando unas láminas regaladas por un amigo.

Terminado el almuerzo, se entregaron los invitados a tocar la guitarra y payar algunos, otros a jugar a las bochas, la taba o el truco, mientras los invitados a la mesa de Melchor se dirigieron con éste a la sala para oír a Ricardo en el piano.

Dejó de apretar mi mano y hasta retiró la suya: volví a cogerla disimuladamente, pero al poco tiempo la retiró de nuevo. El segundo acto había terminado. Al bajarse el telón me hizo mirar el reloj, y viendo las once, dijo que era necesario partir en seguida, porque a las once y media, a más tardar, iba el criado a buscarla. Salimos del teatro.

¡La facha!... dijo Baldomero, volviendo a su asiento y dando por terminado el incidente que no había pasado inadvertido en el comedor más que para sus compañeros de mesa. ¿En qué andaba? le preguntó Melchor. Un encargue... que no me han cumplido contestó como contrariado, para explicar así la ligera emoción que le embargaba.

Palabra del Dia

tundas

Otros Mirando