Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 17 de mayo de 2025


Acariciaba, más le hacía pagar las caricias: «¡Ahora le da el sentimiento al niño! ¡Quieres callarte, tontuelo! ¿Te figuras que estoy yo aquí para templar gaitas? ¡Bueno, bueno, ya empieza el lloriqueoCon estas y otras tales expresiones abría la llave de las lágrimas que su mano trataba de secar. Mas no pararon todavía aquí las cosas.

De los novecientos baños públicos que es fama habia en Córdoba en los tiempos de su mayor esplendor, solo dos han quedado, y estos soterrados bajo otros edificios modernos . No creais que vais á poder templar en ellos el ardor que comunica á vuestra sangre el sol de Andalucía.

Hay que imaginarse el Jaegerthal, al pie del viejo burg, en una época de nieves extraordinaria a la pálida luz de aquella hora temprana cuando los macizos de árboles comienzan a surgir de las sombras, cuando el excesivo frío de la noche empieza a templar, al acercarse el día.

Es forzoso amoldarse a las circunstancias, y templar el alma en las adversidades. La mía no se dejará vencer de la desesperación. Plan magnífico: mujer de bien, mujer ordenada, mujer trabajadora, mujer exclusivamente práctica, eso es, práctica». ¡Oh, qué tarde!

300 Yo también tuve una pilcha que me enllenó el corazón, y si en aquella ocasión alguien me hubiera buscao, siguro que me había hallao más prendido que un botón. 301 En la güeya del querer no hay animal que se pierda- las mujeres no son lerdas, y todo gaucho es dotor si pa cantarle al amor tiene que templar las cuerdas. 302 ¡Quién es de una alma tan dura que no quiera una mujer!

Tiene aun lechos de flores en que descansar de sus fatigas, rios de aguas puras y trasparentes en que templar sus fuerzas, montes poblados de arboledas en que divertir sus ojos, cármenes que embalsamen el aire que respira, laureles que coronen su frente y le recuerden sus dias de ventura, estrellas que la rodeen de una esplendente aureola, auras apacibles que agiten su flotante cabellera.

Algunos de ellos tanto descendían en sus aspiraciones, que tocaban con las ramas á la tierra formando glorietas naturales, frescas, sombrías, mullidas. Á pesar de los esfuerzos inauditos que el sol había hecho durante todo el día para templar sus ardores en la frescura del césped, éste se hallaba todavía húmedo.

Iban llegando ya los curas de las inmediaciones, y en el atrio, tapizado de hierba, se oía al gaitero templar prolijamente el instrumento, mientras en la iglesia el hinojo, esparcido por las losas y pisado por los que iban entrando, despedía olor campestre y fresquísimo.

Y yendo así y como disparados familiar y alguacil, y muy cerca ya de la casa de doña Guiomar, oyeron un rumor de voces que de la cercana revuelta de una callejuela venía, y como templar de vihuelas; cosas que daban a entender claramente que se trataba de dar música por algún enamorado a la señora de su pensamiento; y había por entonces una ordenanza que mandaba que de noche y a deshora no se diesen músicas por las calles, so pena de dos días de cárcel y diez ducados para obras pías; y como la gente que sonaba junta a poco trecho parecía mucha y debía ser alegre y maleante, y ellos sólo eran dos, o diríase mejor, uno y medio, porque el familiar aprovechaba poco, éste ordenó al alguacil torciese el paso por la boca de una callejuela que se veía a mano, y rodease, con lo cual el familiar creyó haber evitado aquella gente non sancta; pero vio, cuando dada la vuelta se hallaba a poca distancia de la casa de doña Guiomar, que a su puerta había un gran bulto de sombras como de hombres, del cual salía confuso rumor de voces recatadas.

No estaba él para templar gaitas: los nervios le eran antipáticos; estas penas sin causa conocida no le inspiraban compasión, le irritaban, le parecían mimos de enfermo; él quería mucho a su mujer, pero a los nervios los aborrecía.... Además en el teatro había tenido una discusión acalorada: un majadero, un sietemesino que estudiaba en Madrid, había dicho que el teatro de Lope y de Calderón no debía imitarse en nuestros días, que en las tablas era poco natural el verso, que para los dramas de la época era mejor la prosa. ¡Imbécil! ¡que el verso es poco natural! ¡Cuando lo natural sería que todos, sin distinción de clases, al vernos ultrajados prorrumpiéramos en quintillas sonoras!

Palabra del Dia

tundas

Otros Mirando