Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 15 de mayo de 2025
Vengo a despedirme de vosotros. Traigo media en las agujas... Todos celebraron el símil taurómaco y le ofrecieron un café con media de honor. Después Forondo se marchó... se marchó a la fosa común. Hambres, fríos, humillaciones. Acoso de hospederos, de mozos de café, alguna picardía peligrosa para extraer un poquito de calderilla.
Una noche, conversando Pepe Guzmán con su amiga, y cuando ya ésta comenzaba a curarse de sus impaciencias mortificantes con la cuerda reflexión de que no hay tesoro que merezca este nombre si cuesta adquirirle más de lo que vale, con la serenidad y el aplomo de quien cumple así lo establecido en un programa, hizo él malicioso y experto galán punto redondo en los temas vagos que hasta allí le habían servido desde algunos meses antes para entretener las displicencias de Verónica, y la condujo de repente al terreno que tanto ambicionaba ella; quiero decir, volviendo al símil tan repetido, que la retó de nuevo y que hasta se puso en guardia.
El símil, aunque nada culto, y acaso por eso, hizo reir a las costureras. A Valentina no le gustan los señoritos manifestó Encarnación. Hace bien; de los señoritos no se saca más que parola, tiempo perdido y a veces la desgracia para toda la vida dijo sentenciosamente doña Paula sin acordarse de que ella había sacado la felicidad. Tocante a eso, Sarrió está perdido.
28 [Nosotros], pues, dijimos: Si aconteciere que [tal] digan a nosotros, o a nuestras generaciones en lo por venir, entonces responderemos: Mirad el símil del altar del SE
El alma, si se me permite emplear un símil vulgar, parecía que se alargaba siguiendo el sonido, y se contraía después retrocediendo ante él, pero siempre pendiente de la melodía y asociando la música a la hermosa cantora. Tan singular era el efecto, que para mí el oírla cantar, sobre todo en presencia de otras personas, era casi una mortificación.
Presiente algo, adivina algo; pero no lo puede explicar; sobre todo, no puede reflejar su pensamiento en una imágen; es decir, no puede darnos la nocion artística de aquel pensamiento, porque no hay nocion artística sin figura, sin símil, y no hay figuras que nos representen lo que no se toca, lo que no se oye, lo que no se ve.
¡Pero, hombre de Dios!... No me hables, Pepe.... Me has matado con una palabra.... Déjame tranquilo.... Dios te perdone como yo te perdono.... Yo soy como un conejo a quien hiere el cazador y corre a morir a su madriguera.... No me hurgues más.... Déjame morir en paz. Este símil del conejo le hizo tal impresión después de haberlo proferido, que se dejó caer sollozando en una butaca.
Pero en 1811, y después que las Cortes se trasladaron a Cádiz, la calle Ancha, además de un paseo público, era, si se me permite el símil, el corazón de España.
»Valiéndome de un símil harto viejo, pero que me es aquí muy necesario para hacerme comprender más fácilmente, en aquella suprema ocasión me encontraba sobre el borde de un precipicio, sola, sin alientos para retroceder y comenzando a sentirme dominada por el vértigo de los abismos.
¿Usted conoció... trató al difunto.... Don Diego? Sí, señor; como que era mi suegro... quiero decir, mi principal. ¿Si estará loco, o será tonto este señorito? pensó el clérigo. De repente se le ocurrió una idea feliz. Oiga usted exclamó . Ahora se me ocurre explicárselo a usted todo mediante un símil... y de este modo... ¿eh?, se lo digo... y no se lo digo, ¿me entiende usted?
Palabra del Dia
Otros Mirando