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Actualizado: 30 de abril de 2025
Pero apenas ha entrado en ella y hablado algunas palabras con su protegida, cuando lo sorprende Elvira, á quien su conducta ha infundido recelos y sospechas; la última, al ver á la otra dama, siente y expresa los celos más vivos, y excita en el mismo grado los de Isabel. El acto primero termina con este enredo, que parece más complicado aún por otros incidentes que omitimos.
Caminando al azar, como para sentir esa emocion vaga con que nos sorprende una ciudad que no se conoce, llegamos á la calle de los Pequeños Campos, y en una de sus travesías vimos un figon, que aquí tiene el nombre de rotisserie. En estos bodegones suele comer gente de poco pelo; pero la comida es de sustancia.
No nos sorprende, pues, que la gran masa de agua denominada mar, desconocida y tenebrosa en su profundo espesor, se haya aparecido siempre formidable á la humana imaginación. Los orientales sólo ven en ella la amarga sima, la noche del abismo. En todos los idiomas antiguos, desde la India hasta la Irlanda, el nombre de mar es sinónimo de «desierto, noche».
Pero de pronto recordaba sus preocupaciones, y seguía adelante para dirigir sus ruegos á Dios. ¡Ay, que se acordase de ella! ¡Que no olvidase á su lujo por mucho tiempo!... Fué la gloria la que se acordó de Julio, estrechándolo en sus brazos de luz. Se vió repentinamente con todos los honores y ventajas de la celebridad. La fama sorprende cautelosamente por los caminos más tortuosos é ignorados.
De pronto cree comprender: lo llaman porque el señor Aubry, estando aún convaleciente, no puede ocuparse de las formalidades del casamiento; lo esperan para encargarle la práctica de estas diligencias. He ahí por qué debe dejarlo todo y acudir apresuradamente; esta razón de su viaje le parece tan simple, que se sorprende de que no se le haya ocurrido antes.
No me sorprende, y si en la última que me dirigisteis, dictada sin duda por vuestro propio corazón, mostrabais bastante generosidad, en ésta reconozco las ideas de vuestra tía la señora Marquesa, que en otro tiempo os dijo que antes quería veros muerta que casada con un hombre inferior a vuestra clase.
Repito a usted que no se me ha pasado por la imaginación nada semejante a eso... Y me sorprende que usted haga a su sobrina también la ofensa de creer que pueda sufrirlo... Es una broma, señor, no se ofenda... Como no teníamos de qué platicar, se me ocurrieron estas niñerías por pasar el rato.
He sabido también, que la casa Aubry estaba mal preparada para soportar semejante choque; el señor Aubry es menos industrial que artista; parece que el año pasado ha gastado sumas enormes en ensayos. Este terrible suceso lo sorprende, pues, en plena dificultad pecuniaria. He ahí cuál es su situación. Como ves, no es brillante. ¿Y qué puedo hacer?
Usted no es mi amigo replicó con dureza el joven. Deseo serlo de todo corazón y me sorprende su hostilidad. Sin embargo, no creo haberle dado motivo para que me trate como enemigo, desde la tarde en que juntos volvimos de Rosalinda. Esta alusión a Rosalinda, lejos de calmar al hijo de Miguelina, pareció aumentar todavía su irritación. ¡Detesto el disimulo! exclamó.
Cuando el poeta se propone tan sólo representar las cosas y los fenómenos relativos á ella, traza únicamente los rasgos más próximos y generales; pero, ¡con cuánta frecuencia, cuando la necesidad ó la oportunidad lo exigen, nos sorprende la delicadeza con que diseña al individuo!
Palabra del Dia
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