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Actualizado: 3 de mayo de 2025


Por la noche cuando me puse a soñar en la ventana como tenía por costumbre, una inquietud indefinible y oculta turbó mis ensueños. Pensé en aquel día, con tanta impaciencia esperado, y no pude negarme que las cosas no habían pasado según mis deseos. ¿Qué era lo que yo había esperado?

Porque sabía que ésta era una de sus cualidades sobresalientes y que le hacían más apetecible al bello sexo. Esperaba hacía rato a Valentina. Pero ya estaba el salón poblado de damas, y la fementida orquesta de metal había tocado dos bailables, sin que la costurera gentil hubiera hecho su aparición en el baile. Volvieron a sonar los acordes de una mazurka.

Yo estaba en vilo, creía soñar... No me cansaba de mirarle, de escuchar su voz querida y de sentir mi mano estrechada por las suyas. Sin embargo, el recuerdo de aquélla que él había amado me trabajaba el espíritu, y me turbaba mi júbilo, pero con todo no me atrevía a nombrársela. ¿Sabe mi tío, que estáis aquí, Pablo?

Esto me parece tan indiscreto, tan extravagante, tan ridículo, como el que hubiese un palacio que se denominara el palacio del bolsillo, el palacio de la faldriquera ó del talego. Entre bolsa y palacio no hay relacion posible, en el órden lógico, por más que nos echemos á soñar relaciones.

Estaba muy suspenso qué haria, Y cien veces matarse allí ha querido. En esto oyó sonar gran gritería: Dejando al uno y otro allí tendido, A la grita acudió con grande priesa, Y sale de la selva verde espesa.

Poco después vio al joven asomarse a la ventana y apoyado de codos en ella, soñar tal vez, como él había hecho en días lejanos, enfrente de los campos dormidos.

Pero, cuando, a la mañana siguiente, me di exacta cuenta de que Marta había realmente vivido todo lo que yo no hacía más que soñar, eso me turbó por completo, y desde un rincón obscuro, la examiné sin interrupción, con mirada temerosa y escrutadora, como a un ser que perteneciera a otro mundo.

Callo, y quizás me duermo en mi luneta. No tengo que soñar en mi felicidad doméstica, que es ya un hecho positivo; soñaré con ese porvenir lejano de nuestra patria, con ese tiempo, querido amigo mío, en que la mayoría de los españoles se reirá de la angelical inocencia política de usted. Basta ya.

"Seguramente Julio no se enamorará nunca, si no encuentra en el mundo un ser así, sobrenatural, como Legeia. Afortunadamente, no hay Ligeias..." "3 de mayo. "Hoy volvió a visitarnos Adriana Zumarán. La llevé a mi cuarto, le mostré mis libros, le presté uno. Estuvimos conversando mucho. No podría soñar, como amiga, nada mejor. También a Zoraida y a Carmen les gusta mucho.

Se creía en el desierto. No había allí ruido que recordara al hombre. El mar, que ya no veía ella, volvía a sonar como murmullo subterráneo; los pinos sonaban como el mar y el pájaro como un ruiseñor. Estaba segura de su soledad. Abrió un libro de memorias, lo puso en sus rodillas, y escribió con lápiz en la primera página: «A la Virgen». Meditó, esperando la inspiración sagrada.

Palabra del Dia

bagani

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