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Pensamiento equivocado. ¿Cómo medir con la ligera copa que el labio apura en solo un movimiento la inmensidad del mar?... ¡Y solicito medir con el pigmeo pensamiento la idea sin igual del infinito!... Ora pro nobis. á rezar, hija mia.

Llegado éste a Lima, en enero de 1744, costó gran trabajo impedir que el pueblo lo hiciese añicos. ¡Las justicias populares son cosa rancia por lo visto! A los pocos días fué el ladrón puesto en capilla, y entonces solicitó la gracia de que se le acordasen cuatro meses para fabricar una Custodia superior en mérito a la que él había destruido. Los agustinos intercedieron y la gracia fué otorgada.

Quiso sujetar á fuerza de armas á los que coartaban mas de cerca la accion de los poderes públicos; y escitó contra á Ismail, el mas audaz de los rebeldes. Perdió en la lucha su reputacion, su ejército, su vida. Murió Gehwar y volviste á caer en un abismo. Su hijo Mohammad, temeroso de Ismail, solicitó la alianza de los emires de Badajoz y de Sevilla.

Recibióme con mucho amor y honra Rosel: solicitó que me recibiesen en la nave, rogando á los marineros que me tratasen como á su recomendado: lo cual hicieron fielmente. Once dias mas nos detuvimos en San Vicente, en los cuales nos proveimos de todo lo necesario para la navegacion. Hay desde la Asumpcion á San Vicente en Brasil, 376 leguas, que anduvimos en seis meses.

Solicitó la absoluta, y se cortó para siempre los bigotes, que conservó en una especie de joyero, con la siguiente inscripción: Mis bigotes de la Guardia Real. Sus subordinados todos, oficiales y soldados, sentían por él gran estima, pero también gran terror.

La noble ciudad de Segovia no tenía mancebía continuó Maltrana . A juzgar por un informe de Solís al rey, las mujeres de partido distribuían sus favores en unos corrales de ganado de las afueras, y él solicitó para y sus descendientes el privilegio de poder establecer una mancebía oficial dentro de los muros de la ciudad.

¡Por vuestros pecados! exclamó indignada doña Brianda. No, por el perdón de los pecados de abuelito el vizconde intercedió seductoramente doña Inés. Vamos, perdonadme, oh duquesa, mi ilustre consuegra, por el amor de nuestros hijos solicitó galantemente Guy de la Ferronière a doña Brianda, que, en prueba de su buena voluntad, le tendió la mano para que la besara.

Pensando siempre en él, recordaba las reuniones, los bailes, los paseos, todas las ocasiones que había aprovechado, solícito, para acercarse a ella y expresarle sus sentimientos. Después de agotar estos recuerdos, formaba proyectos para el porvenir; pero, cuando imaginaba lo que sería su existencia si el destino los unía, no se representaba más que fiestas, viajes, diversiones de todas clases.

Pues en cuanto llegue al corral la registras bien y se la sacas, ¿entiendes?... Es la mejor vaca que tengo añadió por lo bajo, dirigiéndose a su compañero. Y como ya estuviera entre ellas, el cura se acercó solícito, paternal, a la Parda y comenzó a acariciarle el testuz, bajando al mismo tiempo la cabeza, para mirarle las patas.

Los propietarios de la villa Cyclamens habían pensado primero en cambiar el nombre de la villa, temerosos de que aquel triste recuerdo impidiera que otros quisieran vivir en ella; pero en la próxima estación la solicitó expresamente un inglés movido por la curiosidad despertada en él por el drama de Ouchy.