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Actualizado: 19 de mayo de 2025


Entre tanto añadió D. Fadrique, hablando con lentitud y bajo, dejando caer las palabras una á una, como si le costasen grandes esfuerzos, y como si en vez de responder á su sobrina hablase consigo mismo y á propio se respondiese; entre tanto, Doña Blanca es discreta, es piadosa y es buena madre. Razones de mucho peso tiene... sin duda... para querer casar á su hija con D. Casimiro.

Mi familia ha terminado. ¡Tantos jóvenes que había en ella!... La vida es rara. Transcurre el tiempo sin que surjan sucesos extraordinarios, y de pronto, las horas valen meses, los días son años, y pasan en unos minutos cosas que en otras ocasiones necesitarían siglos. ¡Todos muertos! Sólo queda mi sobrina Mary, la enfermera.

Fue el parecer del médico que melancolías y desabrimientos le acababan. Rogó don Quijote que le dejasen solo, porque quería dormir un poco. Hiciéronlo así y durmió de un tirón, como dicen, más de seis horas; tanto, que pensaron el ama y la sobrina que se había de quedar en el sueño.

Con esto Andronico le pareció que sería conveniente buscar algun medio para que esto se compusiese; y así mando á su hermana Irene, y á su sobrina María, que se fuesen luego á Galípoli, y tratasen con Roger, que dajando la mayor parte de su ejército en Asia, con solos mil hombres escogidos pasase á juntarse con Miguel.

Advirtió también, con cierto gusto mezclado de zozobra, que Lucía, su sobrina, había escuchado con ademán y gesto propios de quien entiende la poesía, y con cierta afición, que no atinaba él á deslindar si era meramente literaria, ó reconocía otra causa más personal y más honda.

Enterada doña Lupe, en aquellos secreteos que con su amiga Casta tenía, de que los de Santa Cruz se habían marchado a veranear, tomó pie de esta circunstancia para endilgarle a su sobrina otro discurso, aunque en tono menos catilinario que los anteriores.

No se cansaba de pesar los inconvenientes de la unión con su sobrina, que no eran pocos ni leves. Pero como al mismo tiempo la pasión le espoleaba y los celos tanto le roían, a veces aquéllos le parecían nada, y decidía en un punto su matrimonio. En una misma hora se casaba y se descasaba varias veces.

Por mucho valor que él tuviera, y estaba seguro de que lo tenía, aquello no podía durar. ¿Adónde iba a parar su mujer? ¿Sabes si tiene querido esa doña Serafina? Si lo tiene, ese habrá pagado las botas. Esta libertad de lenguaje no le extrañaba a Nepomuceno, que en cuanto veía a su sobrina con un poco de carne y regular color, ya esperaba de ella cualquier locura de dicho o de hecho.

»No cuánto tiempo habría estado yo allí contemplando a mi sobrina, es decir a mi segunda hija, a no haber sido porque ella algo confusa quizá por mis miradas y queriendo esquivar mis futuras preguntas, me pidió permiso para retirarse a su aposento. » No, hija mía, no le dije; yo soy quien se retira. puedes tomar el fresco sin cuidado. ¡Ojalá pudiera Magdalena hacer lo mismo!

Mientras lo tomaba, hablaron de las visitas que tía y sobrina hacían a la calle de Mira el Río. «Yo declaraba doña Lupe , reconozco que no tengo valor ni estómago para practicar la caridad en ese grado.

Palabra del Dia

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