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Actualizado: 27 de mayo de 2025
No sé de dónde sacó aquel jamón en dulce que era todo recortes y sobras, ni aquella cabeza de jabalí que olía a desperdicios... En fin, un asco... Tenía buenos vinos, eso sí... Vete a saber de dónde los ha sacado, y quién es el incauto que se los dio... Estaba la pobre apuradísima; pero ¡cómo lo disimulaba...! No creas, tan campante, sonriendo a todo el mundo; y cuando iba para dentro se trasformaba y parecía un capitán de barco mandando la maniobra en caso de naufragio.
Encerrados en el templo desde la tarde anterior, se retiraban a sus casas a dormir. El perro emprendía el camino del Seminario para devorar las sobras de la comida de los estudiantes, hasta que le buscasen los guardianes para encerrarse de nuevo. Luna bajó los peldaños de la portada y entró en la catedral.
Como mi amo era mezquino, como lo son todos los de su casta, sustentábame con pan de mijo y con algunas sobras de zahinas, común sustento suyo; pero esta miseria me ayudó a llevar el Cielo por un modo tan extraño como el que ahora oirás.
Por otra parte, los festines de éstos daban por resultado multiplicar las sobras, que eran la herencia de los primeros.
Alentado por el buen éxito de ella, salióse del montón de sus hermanos, que en tropel habían bajado con su madre detrás de mí, y en un dos por tres embridó el rocín después de arrojar al averío las mezquinas sobras del pienso; sacó la mansa bestia al corral, y la plantó allí, en debida forma, para que montara yo.
Ayudaban a la dueña de la casa en la rebusca del género, y además el carro de ésta le traía el saco al regresar de Madrid. El tenía buenos parroquianos. Desde su juventud explotaba una de las mejores calles, toda ella de señorío que comía bien. Con las sobras podía engordar como un fraile, si le gustase comer.
Acercóse un paje. Ve á aquel aposento le dijo y lleva un servicio de mesa, un pastel de olla podrida, un capón de leche asado, un besugo cocido, un pastel hojaldrado, frutas y confituras, y dos botellas de vino de Pinto, á un hidalgo que se llama Juan Montiño, que es mi sobrino, hijo de mi hermano: sírvele bien, hijo, sírvele, y guárdate por el servicio las sobras, que bien podrás sacar de ellas dos reales.
Tú serías capaz de aceptar dijo . Yo no puedo rebajarme a tanto. No, yo no... Es que decía... Pongo por caso tartamudeó Bringas, más perplejo aún . Y no tenemos motivos para asegurar que no se hayan casado. Cásense o no... ¿Te parece que es digno...?, esa tonta a quien hemos dado de comer las sobras de nuestra casa... Ay, hija mía, no te remontes, ¿quién se acuerda ya de eso?
Tablas era siempre diligente para traer vino, porque la expectativa de las sobras le aligeraba los pies. Así volvió prontamente con la compra, y un instante después los dos furiosos evangelistas de D. Carlos mojaban un bizcocho en el dotado licor. Después bebieron con prudencia, por ser ambos como D. Felicísimo, varones de mucha sobriedad.
Mas no estaba vacía de aspiraciones altas el alma de aquel joven, tan desfavorecido por la Naturaleza que física y moralmente parecía hecho de sobras. A los dos o tres años de carrera, aquel molusco empezó a sentir vibraciones de hombre, y aquel ciego de nacimiento empezó a entrever las fases grandes y gloriosas del astro de la vida.
Palabra del Dia
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