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Actualizado: 27 de junio de 2025
Si ambas partes sienten, ó ambas sienten todo el sonido, ó cada cual una porcion de él; si ambas le sienten por entero, una de ellas está de sobras, pues que no tratamos mas que de explicar la realizacion del fenómeno, que ya se verificaria con una sola. Si cada parte siente, nó el sonido por entero, sino una porcion de él, tenemos el sonido dividido. ¿Y qué es la division de un sonido?
Pues bueno: aquí tienes perchas, con su guardapolvo correspondiente, clavadas en la pared... y en la de enfrente ese armario desocupado, en que puedes meter una tienda de ropa... Me parece,¡pispajo! que por mucha que traigas, entre él y la cómoda y las perchas, con sobras te ha de caber... Para tus rezos, porque alguno usarás, como buen cristiano que eres, al meterte en la cama y al salir de ella, ahí tienes, a la cabecera, a Dios Nuestro Señor en cruz, y la benditera al lado, con su agua correspondiente, y su ramuco de laurel bendito, por si quieres rociarla por el cuarto; porque el demonio no descansa un punto, y se cuela por el ojo de una cerradura.
Veíase en el coche de alquiler que los condujo a la calle de Quiñones, donde está el vulgar y triste edificio llamado Modelo con descarada impropiedad; el coche paraba junto a una puerta en la cual había un soldado de guardia, y más a la izquierda un grupo de pobres disputándose las sobras del rancho de las presas.
Otras veces se pone de rodillas, escarba con las manos y va metiendo en el talego restos, desperdicios y sobras de mil cosas distintas. Al creciente claror del día su figura comienza a dibujarse. Es joven, robusto, ágil, pero repugnante por lo sucio y lo feo.
Un pobre hombre que me servía de padre murió asesinado, por la imprevisión de unos contratistas, en una catástrofe del trabajo, y su cadáver fue bandera revolucionaria para otros tan desdichados como él. Yo he comido las bazofias que comen los perros. Mis nobles ascendientes eran traperos y se mantenían con las sobras de las cocinas de Madrid.
Se vivía de los residuos de la época de prosperidad, como en las casas donde asoma la escasez y se aprovechan para un nuevo yantar las sobras de la comida anterior. Tras esto, era de esperar la completa carencia de mineral.
El barquillero se enderezó llevándose las manos a la región lumbar, y sobriamente, sin concupiscencia, se desayunó bebiendo las sobras por el puchero mismo.
Palabra del Dia
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