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Actualizado: 19 de julio de 2025
Yo entiendo que hay que proteger a la juventud; yo amo a los jóvenes; soy uno de ellos, por más que muchos no lo crean viéndome dedicado a serios estudios, a problemas graves, que mejor cuadran con la vejez. Pero la vida no es un sueño, como ya le dije a usted en cierta ocasión.
Vaya usted a saber... Ante todo, esa muchacha es medio loca: ya se habrá usted dado cuenta. Luego, la contrariedad de no verse buscada, su orgullo sublevado al notar que no conseguía su atención. A usted lo consideran buen mozo las matronas más austeras, y lo que es mejor aún, figura como el más «distinguido» entre los hombres serios de a bordo. Tiene también su poquito de leyenda misteriosa.
¿Pero a usted quién le ha dicho?... Palabra de... quiero decir... yo no sé... yo niego.... Es usted un mentecato y un hablador insustancial ¿Cree usted que asuntos tan serios se vienen a tratar al café? ¿Ven ustedes? Lo que yo decía gritó Foja triunfante sin hacer caso de los insultos. Ronzal negó, se obstinó en callar; pero se conocía que le costaba grandes esfuerzos.
En todas las piezas del teatro español, aun en aquéllas que descansan en principios trágicos, y tienden á hacer impresión de esta especie, se hallan, al lado de los personajes más serios, otros ridículos.
Entretanto había llegado la apertura de la caza, y esta novedad trajo a los huéspedes de los Genets otro elemento de animación y de placeres. Las señoritas de la colonia se ensayaban en este género de sport, con gran desesperación y terror grande de los cazadores serios.
Tal vez no sabemos tanto o somos menos atrevidos que ese parlanchín de las barbas, pero somos más serios, más sencillos. Nuestro catolicismo es para América más... ¿cómo me explicaré?... más... Más clásico interrumpió Ojeda, para sacar al cura de su apuro.
El tono sombrío con que Juan pronunció estas palabras, pareció a Jaime tan expresivo que estuvo a punto de exclamar: ¡Ea, cuéntame tu secreto, Juan! ¿Acaso no soy tu hermano, por nuestra larga intimidad? ¡Tómame por confidente, pobre diablo, y sufrirás menos! Pero guardó silencio, conociendo la naturaleza altiva de su amigo, y los obstáculos serios que lo separan de su hermana.
Cada uno fue impresionado de diversa manera, sin duda; pero recuerdo que tuvo por efecto suspender toda conversación y que el mismo vértigo físico nos hizo palidecer de pronto y nos puso serios.
Llevaba él la palabra acompañándola con graves y persuasivos ademanes. Aunque no oían lo que decía, supusieron con fundamento que disertaba sobre algún interesante problema antropológico. Retiráronse al fin en silencio. Todos iban serios. El semblante de Mario, sobre todo, reflejaba tristeza profunda, una emoción que en vano trataba de ocultar.
Si fuera usted, como presumo, el autor de la gracia, merecía le tuviesen toda la vida encerrado en un calabozo como me han tenido a mí cinco días. Le ruego que no vuelva a ocuparse de una pobre mujer a quien ha ocasionado y puede aún ocasionar serios disgustos». Entre confuso y dolorido, pregunté a la mensajera: Pero ¿es verdaderamente de la hermana San Sulpicio?
Palabra del Dia
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