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Actualizado: 27 de junio de 2025
-Perdonad, amigo -dijo don Quijote-; que por haber tanta diferencia de sarna a Sarra os lo dije; pero vos respondistes muy bien, porque vive más sarna que Sarra; y proseguid vuestra historia, que no os replicaré más en nada.
No se han tratado afecciones procedentes de una sarna mal curada ó degenerada sin que se haya empleado el causticum, no obstante el uso del azufre, la sepia, la clematida y otros medicamentos. Estas afecciones entran naturalmente, ya por sí mismas, ya por los efectos generales que determinan, en la esfera de accion del causticum.
Era tiempo de invierno, cuando campean en Sevilla los molletes y mantequillas, de quien era tan bien servido, que más de dos Antonios se empeñaron o vendieron para que yo almorzase, Finalmente, yo pasaba una vida de estudiante sin hambre y sin sarna, que es lo que más se puede encarecer para decir que era buena.
Disimulando su asco, por no lastimar a la infeliz pareja, Juliana dijo a Nina: «¡Pues no le ha caído a usted mala incumbencia con este tipo! Mire que esa sarna se pega. Buena se va usted a poner, sí señora; buena, bonita y barata... O es usted más boba que el que asó la manteca, o no sé lo que es usted».
Si tenemos sarna, nosotros nos la rascaremos: no hay más Rey de España que Fernando VII.» Fernando se dirige entonces a los españoles y les dice que obedezcan a Napoleón; pero entretanto, muchachos, un señor que se titula alcalde de un pueblo de doscientos vecinos escribe un papelucho diciendo que se armen todos contra los franceses: este papelucho va de pueblo en pueblo, y como si fuera una mecha que prende fuego a varias minas esparcidas aquí y allí, a su paso se va levantando la nación desde Madrid hasta Cádiz.
Soldado y marino a la vez, la sarna, las bubas, las enfermedades vergonzosas que se toman en los puertos, las heridas de pica, de espada, de saeta, las porradas y quemaduras de los asaltos, fueron las especias en que se guisó de continuo su azarosa ventura. Había estado dos veces a punto de morir en la horca. El año 1560 cayó prisionero del turco, en los Gelves.
Solamente la sarna y las viruelas pudieron vencer aquel pellejo: con la primera perdió la mitad de los cabellos; con las segundas ganó los innúmeros relieves de su cara.
Entre los caractéres diferenciales de este medicamento respecto á la plata metálica, se deben contar las afecciones cutáneas: para el nitrato de plata, el prurito de la piel degenera en erupciones; vesículas pruritosas en el dorso, en el pecho; granos pruritosos en el cuero cabelludo, en la nuca, con sensacion de escoriacion al rascarse; elevaciones pruritosas en el cuero cabelludo y en la nuca; una erupcion semejante á la sarna, pústulas en el epidérmis de los labios, granos dolorosos en las comisuras de la boca; el sistema linfático no parece atacado, pues solo se observa una sensacion de hinchazon y de tension en las glándulas axilares.
Los conozco lo mismo que si viviese con ellos, porque justamente la que les cose es hermana de una amiga mía íntima. Avaros, miserables como la sarna. La madre y el tío son capaces de llorarle a uno el agua que bebe; el padre no es tan cutre, pero es un infeliz; lo tienen dominado, y pide permiso a su mujer cuando corta pan del mollete.
Después se vino a entender que el haberse mudado de traje no había sido por otra cosa que por andarse por estos despoblados en pos de aquella pastora Marcela que nuestro zagal nombró denantes, de la cual se había enamorado el pobre difunto de Grisóstomo.» Y quiéroos decir agora, porque es bien que lo sepáis, quién es esta rapaza; quizá, y aun sin quizá, no habréis oído semejante cosa en todos los días de vuestra vida, aunque viváis más años que sarna.
Palabra del Dia
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