Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 1 de octubre de 2025
¡Mal tiro! exclamó Lope al primer disparo, al notar que la bala pasaba por encima de su cabeza. Y cuando sintió, al segundo disparo, que la bala penetraba en su pecho y le quitaba la vida, gritó, saludando a su matador, con una feroz alegría: Este tiro ya es bueno. Realmente, Lope de Aguirre era todo un hombre.
Para librarse de ellas, las aconsejaba que se avistasen con la mamita. ¡Lo que ella dijese! Y seguía adelante, no deteniéndose hasta la calle de las Sierpes, saludando a unos y dejando a otros que gozasen el honor de marchar a su lado, en gloriosa intimidad, ante la mirada de los transeúntes.
Sólo la voz de Juan vibraba en el silencio de la noche saludando a la Madre de los Desamparados. Y su canto, más que himno de salutación, parecía un grito de congoja algunas veces; otras, un gemido triste y resignado que helaba el corazón más que el frío de la nieve.
¡Avant qui siga! gritaba Pep como si ignorase la presencia de los cortejantes y estuviera esperando una visita extraordinaria. Entraban mansamente, saludando a la familia. «¡Bona nit!¡Bona nit!» Tomaban asiento en un banco, como niños de la escuela, o quedaban de pie, mirando todos a la atlota.
Muy sutil y poético está usted esta noche dijo Rafaela sonriendo . Y lo peor es que está usted muy razonador y dialéctico; y vamos, empiezo a tener miedo de que usted me convenza. Para huir del peligro me decido a poner término a este coloquio. Déme usted el brazo. Rafaela se levantó del sofá, tomó el brazo del Vizconde, recorrió las salas y fue saludando y hablando a multitud de personas.
Oyó el caballero el cortés mensaje y se dirigió al trote de su corcel hacia la tribuna regia, vendado el hombro con blanco pañuelo de seda. Señor, dijo con firme voz, saludando al príncipe; no puedo sentarme á vuestra mesa. Francés soy y por ende enemigo vuestro.
Para dar principio á la fiesta, la vieja más devota y al parecer más santa, saludando al cacique con reverente inclinación, baja la cabeza, que hiere el cacique ligeramente tres veces con una piedra curiosamente labrada; después da vueltas de rodillas á todo el templo con grandes suspiros y devoción; luego el Mapono bendice todas las partes del templo para santificarle, y con otras ceremonias, que sería largo contar, consagra aquel lugar; y por último, se fenece la fiesta con una gran comida y celebrando un solemne festín de músicas y bailes.
Al cabo de algunos instantes el muchacho reapareció, saliendo del castillo, completamente tranquilizado con el desenlace de su primera entrevista, con el señor de Maurescamp, ni aun intentó ocultar nuevamente el mensaje de que era portador. Pasaba sonriendo y saludando. ¡Ah! dijo el barón deteniéndolo , ¿Tienes una contestación? muéstramela.
Golbasto, que allá donde iba se consideraba el centro de la reunión, entró en los salones saludando majestuosamente á la concurrencia. Casi todos los altos profesores de la Universidad habían venido con sus familias. Las esposas masculinas y los hijos, con blancos velos, coronados de flores y exhalando perfumes, ocupaban los asientos.
Mientras decía esto, iba saludando a los circunstantes con semblante furioso. Pero como todos sabían a qué atenerse, reían. Era una mujer metida en carnes, los cabellos artificialmente rubios, los ojos un poco saltones, pero hermosos, la boca fresca y sensual; una mujer agradable, en suma, que había tenido y que seguía teniendo, a pesar de sus años, muchos apasionados.
Palabra del Dia
Otros Mirando