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Actualizado: 8 de junio de 2025


14 Maldito el engañoso, que tiene macho en su rebaño, y promete, y sacrifica corrompido al SE

Inocente había sido en contar con tal lisura su historia doña Guiomar, y claras muestras había dado de no conocer el mundo; que el calumniado que de la calumnia de que es víctima habla, es uno más que a la calumnia que le sacrifica ayuda.

El desenlace consiste en que Margarita sacrifica su amor á la amistad, y, con arreglo á los deseos de su padre, da su mano al Conde, venciendo el Duque y el Conde sus pasiones, noble y esforzadamente, y consintiendo que Serafina contraiga matrimonio con César, su primero y preferido amor. El secreto á voces.

Y aunque esto último, aunque la habilidad y la inspiración se negasen, siempre quedarían como factores de la victoria, sobre el valor de soldados y marinos, el sufrimiento y la constancia de la nación, que al enviarlos sacrifica heróicamente y murmurando harto poco su sangre y su dinero.

Entre la abnegación de una hija que se consagra a sus padres y la de una hermana que se sacrifica por sus hermanos menores, no , en verdad, a cuál dar la preferencia.

Cuando le ocurría el tener que faltar a aquella misión de casi todos los días, que ella cumplía con el entusiasmo de un médico que se sacrifica, al otro día me pedía excusa como si se tratara de una falta. Había llegado a no saber si debía aceptar la dulzura de tan terrible socorro. Sentía deslizarse en tales perfidias que ya no me era dado discernir en qué medida era culpable o desgraciado.

Y es tan pernicioso para ellos el movimiento, que si España no logra pararle, los llevará al suicidio colectivo, ó á gemir bajo el yugo de un presidente ó de un emperador negro ó á la desaparición en la isla, de su lengua y de su casta, cuando toda, si triunfan, sea yankee, dentro de poco. A fin de impedirlo, sacrifica hoy España sus hombres y su dinero.

Y más agradecida ha quedado a Isabelita, que por el mismo motivo se sacrifica también, a pesar de lo enamorada que está de D. Ambrosio. No he de negar yo, mi querido maestro, que la tramoya de que se ha valido la chacha Ramoncica tiene mucho de censurable; pero tiene una ventaja grandísima.

El monte está representado en medio de la plaza por un tablado cubierto de verdura. Abrahán e Isaac no hablan; sólo accionan. Cuando Abrahán tiene ya levantada la cuchilla para sacrificar a su hijo, el ángel le detiene cantando un romance. Isaac recibe entonces la palma del martirio, que ostenta en las procesiones de los días siguientes. Abrahán sacrifica un cordero, según los antiguos ritos.

¡Ah! ¡la mala noche del rey! ¡ya pareció ella! La reina tampoco quiere asistir á la ceremonia, porque... piensa que doña Clara se sacrifica por ella. ¡Mentira, mentira y más mentira! Y allá están ambos novios con el padre Aliaga y los testigos, esperando únicamente por vos. ¿Y quiénes son los testigos?

Palabra del Dia

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