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Actualizado: 13 de julio de 2025
Cuando está hecho, y antes de que se enfríe, se espolvorea con azúcar y canela, y al punto de servirlo se rocía de ron y se le prende fuego.
TORTILLA AL RON. Se baten las claras separadas de las yemas; se unen y echa un poco de azúcar; se ralla cáscara de limón y se hace la tortilla; se espolvorea azúcar en una fuente; se echa encima la tortilla; se dora con la pala candente; se riega con ron, se le da fuego, y se sirve.
Lo primero que ha hecho esta araña es fabricar una tela en medio de la caja, seguramente con la esperanza de que en ella caiga una mosca, cosa asaz absurda, porque las moscas son para Ron, según su filosofía teleológica. En su tela permanecía inmóvil la tejenaria; cuando se daba un golpecito sobre el cristal, se agitaba en un baile frenético.
No me diga usted que no. Yo no tengo ideas políticas aseveró Julián sosegadamente; y de pronto, como recordando, añadió: ¿Y no sería bien dar una vuelta a ver cómo lo pasa la señorita? ¡Pchs!... No hago por ahora gran falta allá, pero voy a ver. Que no se lleven la botella del ron, ¿eh? Hasta dentro de un instante.
Un oficial se descuidaba su bolsa, y el joven Kernok la recogía cuidadosamente, pero sus camaradas tenían parte en el contenido; si robaba ron al capitán, lo partía también escrupulosamente con sus amigos.
Aquellos señores no podían estar así con las ropas impregnadas de humedad, cansados y desfallecidos por una noche de lucha. ¡Pobrecitos, bastaba verles! Y colocaba sobre la mesa galletas, pasteles, una botella de ron; todo lo que podía encontrar en la despensa, y hasta un paquete de cigarrillos rusos con boquilla dorada que la hortelana miraba con escándalo. Déjalos, tía decía a la pobre vieja.
¿Le habrá hecho a V. daño el cigarro? le preguntó Miguel. ¡Cá, no señor!... No comprendo lo que pudo ser... Acaso el ron que me dieron estaría malo. Sin embargo, el cigarro... V. escupía mucho... No señor, no; estoy acostumbrado. Viéndole aún bastante pálido y desfallecido, Miguel llamó a un coche de punto, le hizo subir a él y le condujo a su casa, situada en la calle del Sacramento.
¡Cuidado! exclamó Francisca; el ron es un perfume de coraceros... No me importa aseguró la Roubinet, mi estómago le recibe muy bien. El mío no dijo dulcemente la Sarcicourt. El médico me prohíbe los licores fuertes... Una gotita de leche, Magdalena, si usted gusta. Cada cual tuvo al fin lo que deseaba, y la conversación se volvió a animar.
Bueno; si V. se empeña... Y dirigiéndose al mozo con voz ronca de mando: Con azucarillo y gotas, ¿entiendes? A mí una copa de ron. Tráete además los cigarros, para que escojamos. Se habían sentado uno frente a otro. El cadete, siempre galante, había obligado a Miguel a sentarse en el diván, mientras él se había acomodado en una silla.
OTRA FÓRMULA. Se toma un cuarto de kilo de solomillo de ternera y se corta a tiras, y lo mismo se corta media libra de jamón y una lata pequeña de trufas. Se baten cuatro huevos, y con miga de pan rallado y una copita de ron se hace una pasta.
Palabra del Dia
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