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Actualizado: 23 de junio de 2025


Por la noche, los habitantes de la casa retiran hacia arriba todas las pértigas, quedando perfectamente seguros en su habitación aérea. Encastillados en ella no temen ni a las fieras ni a sus enemigos, pues ni cuadrúpedos ni hombres pueden subir a lo alto, mientras no bajen las escalas.

La primera función se celebra ante el Palacio Real, levantándose al efecto un tablado con su solio, bajo el cual se sientan SS. MM. El teatro se extiende al pie del trono. En torno del escenario se ven casitas con ruedas, de las cuales salen los actores, y á donde se retiran al finalizar cada escena.

También los infieles frecuentan ésta a menudo, particularmente cuando los reducidos tienen qué comer; entonces se llena la reducción de infieles, y en consumiendo lo que hay se retiran, llevándose consigo a muchos de los cristianos, que, o aficionados del trato, u obligados de la necesidad, se van con ellos.

Y acercándose a la ventana sujetó a la Regenta por los hombros, le habló al oído, le llenó de besos estrepitosos la cara y corrió a su cuarto, haciendo antes una mueca de conmiseración burlesca a Joaquinito Orgaz que, cabizbajo y tristón, rondaba por los pasillos. Vamos, vamos, ya ves que todos se retiran. Víctor, a la cama.

Los troncos de pino, los pies derechos y contrafuertes que sostienen sólidamente el dique, se retiran con cuidado; luego, á una señal, la traviesa que servía de cerrojo á la enorme puerta, es precipitada al fondo, la compuerta se levanta y la masa impetuosa del agua corre con furor hacia la salida que le acaban de abrir.

El medio, la raza y el momento son elementos de los cuales no se puede prescindir, lo mismo en la política que en las sociedades de recreo. El club empieza a animarse siempre después de las doce de la noche, llega a su período álgido a las tres de la madrugada, y desde esta hora comienza a descender. A las cinco o seis de la mañana se retiran todos santamente en busca de reposo.

Por ambas puertas, porque tiene dos entradas, y es por eso tan difícil de guardar, llegan, salen, se tropiezan, se codean los neófitos y los iniciados en el culto del sagrado becerro, que van a prosternarse ante el ara y a consultar el oráculo; no da éste a conocer sus sentencias por medio de epiléptica pitonisa, sentada en su trípode y acompañada de truenos y relámpagos, sino por modesto civil que, tiza en mano, las traduce fielmente sobre negro pizarrón, y son escuchadas con avidez y recogidas y transmitidas de los que salen, a los que entran, de éstos a los que llegan después y de los últimos que se retiran, a la ciudad inmensa, que espera anhelante, como si de la cotización bursátil dependieran su bienestar y su porvenir, y se regocija o alarma, alternativamente.

Y al mismo tiempo se siente empujado con fuerza prodigiosa. Martín abre la puerta; y, mostrando con el puño de la fusta la obscuridad de la noche, se planta en medio de la sala. ¡Vamos! ¡fuera! grita con una voz que hace temblar los vasos sobre la mesa. Los bebedores, jóvenes calaveras en su mayor parte toman sus sombreros y se retiran intimidados; apenas se oye un murmullo ahogado.

Es sin embargo singular el hecho de que á veces transcurra tanto tiempo antes de que ciertos pensamientos se expresen por medio de palabras, y así vemos con cuanta seguridad dos personas, que no desean tratar el asunto que más á pecho tienen, se acercan hasta sus mismos límites y se retiran sin tocarlo.

En aras de su amor a doña Agustina y de su renaciente fe, se cortó aquella uña maldita del dedo meñique, vara de virtudes de Satanás, y no volvió a electrizar, ni a magnetizar, ni a encender candiles, ni a tirar cañonazos con ella. Se cortó la uña como se cortan los toreros la coleta cuando dejan de torear y se retiran a la vida privada.

Palabra del Dia

vorsado

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