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Actualizado: 20 de noviembre de 2025


Caído delante del escritorio, estaba atormentando maquinalmente su cortapapeles de marfil y doblándole como un florete. ¡Clac! En su mano nerviosa, se rompió la hoja de repente con un ruido seco. Este accidente tan ligero puso el colmo a su irritación... Con un brusco ademán, barrió todo lo que se encontraba delante de él, y portaplumas, lápiz y papeles volaron hasta el centro de la pieza.

Entonces, de repente, entre la espesa bruma de temores y perplejidades que envolvía la mente de Jacobo como una cerrazón del océano, paralizando su natural audacia, brotó un punto luminoso... El tío Frasquito era rico, influyente, tenía entrada en todas partes, y aquella ridícula aventura le ponía en su poder atado de pies y manos, dadas las femeniles manías del presumido viejo.

La última mitad del segundo acto de la comedia de Calderón, El Alcaide de mismo, por ejemplo, se supone ocurrir en el parque de un castillo, y de repente, sin contar con la desaparición de los interlocutores del diálogo, se traslada la escena á lo interior del mismo. En Los Embustes de Fabia, de Lope, se halla otra prueba aún más decisiva.

La decoracion de la naturaleza cambia de repente al entrar en Suiza. Vamos á Basilea. El que ha visitado nuestras Provincias Vascongadas, tiene una idea muy aproximada ya de la pintoresca Suiza.

¡Alma mía! exclamó Reyes comprendiendo de repente, más que por las señas que tenía delante, por una voz de la conciencia que le gritó en el cerebro: «Se fue ella, y viene él; no quería venir hasta hallar solo tu corazón para ocuparlo entero. Se fue la pasión y viene el hijo».

Pero Perla, que era una niña intrépida, después de fruncir el entrecejo, de golpear el suelo con el piececito y de apretar el puño con diversos gestos amenazadores, se lanzó de repente contra el grupo de sus enemigos y los puso á todos en fuga. Al mismo tiempo chilló y gritó con violencia tal, que el corazón de los fugitivos tembló de espanto.

El estado del tiempo me inquietaba, y con frecuencia me preguntaba al contemplar el paso peligroso, si el mar, durante largo tiempo terso y tranquilo, no se trocaría de repente en montuoso y cruel. Aquel sitio peligroso nada tiene de triste.

Por fin, ya en la madrugada, dirigiéndose donde dormía Carolina cayó de repente de rodillas junto a la cama, y tomando entre las manos la tierna cabeza de la niña, le preguntó: Dime. ¿Te gustaría tener otro papá? No dijo después de meditar un momento la interpelada.

Lautrec había anunciado que iba a hacer un viaje de unos cuantos años, pero, de repente, ha dejado de hablar de ello, y el otro día me respondió a una pregunta que le dirigí sobre este asunto: Tiempo tengo. Haré ciertamente ese viaje, pero la fecha no es segura, pues depende de circunstancias ajenas a mi voluntad.

Para atraerle se hizo discreta; para retenerle, dulce; para seducirle, codiciable; para enloquecerle, sensual; le alentó con esperanzas, le exasperó con desdenes, le irritó con coqueterías, le animó con favores, y luego, de repente, sin transición; le puso a raya, resistiendo arrepentida y esquiva lo que acababa de conocer enamorada y vehemente.

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