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Actualizado: 16 de noviembre de 2025
Mas como podía ocurrir su fallecimiento una vez cobrado un tercio de la renta, obligábase Don Fernando á que se devolviese por sus herederos á la Hacienda Real.
En la semana transcurrida, en esos ocho dias de huelga, hemos empleado las vacaciones en visitar el palacio Real, la Bolsa, las Tullerías y el Louvre, el palacio de Luxemburgo, los Inválidos, el Panteon; hemos visto tambien, no sin un grande asombro, los mataderos públicos; el Monte-Pio, algunos hospicios y hospitales, el establecimiento de los locos del Sena; hemos adquirido noticias sobre el movimiento de la poblacion; sobre los casamientos que han tenido lugar en este año; sobre el estado y operaciones de la Caja de ahorros y de la de descuentos, y sobre el fabuloso presupuesto de esta ciudad; sobre sus increibles consumos; sobre el movimiento de su aduana; sobre las sociedades mercantiles existentes en todo el imperio; sobre ferro-carriles, renta de correos, presupuesto general del Estado, comercio, deuda pública y otros detalles estadísticos.
A la muerte de su padre heredó 40.000 reales de renta que, unidos a la viudedad de su madre, les consintió vivir con bienestar en la corte. La joven viuda no quiso contraer nuevo matrimonio, aunque no le faltaron buenas coyunturas para ello.
Destinado a la carrera militar, más por vanidad de su familia que por vocación, no era, sin embargo, cobarde, pero sí yerto; prefería los ascensos a la gloria, y a la gloria y a los ascensos reunidos anteponía una buena renta que disfrutar sin moverse de su casa ni estar a merced del ministro de la Guerra. Tenía vanidad, pero vanidad encubierta y en cierto modo solitaria.
Lo más que puedes hacer es diferir por dos o tres días la confidencia que querías hacerme ahora. Necesito estar solo. ¡Es posible que no seas feliz tú, Amaury, con un apellido ilustre y una fortuna que nada tiene que envidiar a las primeras de Francia! ¡Se puede ser desgraciado siendo conde de Leoville y poseyendo cien mil francos de renta!
Dada la reputación que Jacques disfrutaba, era notorio que la puerta de las grandes riquezas quedaba abierta para él, y, en ese caso, podía contar con una pingüe renta para lo sucesivo: quizás era ése el mayor atractivo para una muchacha criada en el lujo y ahora sumida en enojosas privaciones a que le tardaba poner fin.
Don Joaquín se había ido del mundo sin dejar a su mujer otra renta que una pensión del gobierno como viuda de ministro plenipotenciario: un poco más de lo que ella pagaba a su doncella en París.
B cogiéndole in fraganti, ¿cree U. que esa reglamentacion es un bien para la Francia?» «Sin duda que no, bajo el punto de vista de la agricultura, me replicó. Pero ¿qué quiere U. que se haga, si nuestro gobierno tiene una excelente renta con el monopolio del tabaco ?» Un frances, por regla general, se detiene en presencia de un hecho como ante una muralla.
Era bastante rica para no desear el aumento de su fortuna; hay poca diferencia entre un millón de beneficios y quinientos mil francos de renta; algunos caballos más en las caballerizas, algunos lacayos más a la entrada, no añaden casi nada a la felicidad del dueño. Lo que la había halagado durante algún tiempo, era un nombre ilustre que pasear por el mundo.
Aunque hacían vida retirada, como todo está caro, y se trataban bien, y se vestían con cierto lujo para su clase, renta y sueldo se consumían completamente, y gracias si no se hallaban a veces en apuros.
Palabra del Dia
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