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Actualizado: 16 de noviembre de 2025
Don Raimundo, pues, la metía hasta el codo sin miramientos, y procuraba acercarse del lado que más calentaba el sol, tras del servicio por proveer, tierras que liquidar o concesión que acordar. Así tenía, a más del producto de sus préstamos usurarios, la renta fabulosa que sacaba sin repugnancia del estercolero de los negocios sucios.
La poética criatura se había casado con don Camilo, pocos meses antes y era feliz, muy feliz. Don Camilo tenía una renta considerable, era hombre público y hasta hombre distinguido. ¡Sentí la desesperación, la horrible desesperación que se siente ante lo imposible, ante la muerte, ante lo irremediable, y pensé si el alma podría arrancarse del cuerpo y arrojarse como inútil estorbo de la vida!
Mi padre era comerciante; se retiró de los negocios con una renta de cuatro mil duros. Tenía un amigo de alguna más edad que él y muchísimo más rico, don Ulpiano García Pignorado, el banquero de quien habrá Vd. oído hablar. Papá le nombró, al morir, tutor mío; yo tenía entonces quince años.
Otrosí: deben manifestar los que dicen, que no teniendo un conocimiento exacto de las bases sobre que se partió para esa reforma, y datos que pudieron apoyar el establecimiento de esa nueva oficina cual se mandó, por no haber visto el espediente de su referencia, no debe juzgarse de maliciosa interpretacion ni reticencia cualquiera inexactitud que se notare en las observaciones hechas, á que les movió únicamente el deseo de contribuir á la mejor resolucion y acierto en la mas económica administracion de los intereses de una renta de tan poco producto y rendimiento, y procurar al comercio y vecindario de Filipinas el alivio de esa carga ó gravámen que se le imponia, segun que de todo llegaron á enterarse por lo que sobre esta cuestion vieron en los periódicos á su llegada á Madrid, y cuyos artículos, como conducentes á ilustrar estas reflexiones, se copian á continuacion.
Dispuso, además, que se entregasen a esta señora mensualmente dos mil reales para mis gastos, acumulando el resto de mi renta para engrosar el capital. Transcurrieron cuatro años, durante los cuales fue pagada puntualmente aquella suma. Luego, de pronto, un mes no nos dio más que la mitad, y al siguiente nada. Yo acababa de cumplir veinte años, y hacía uno que tenía novio.
Poníame a considerar la renta que de esta cantidad, bien administrada, se podía obtener, y me aturdía. Colocadas allá, en Bollo, con buenas hipotecas, podían dar cuarenta mil reales al año, sin manchar la conciencia. Volví a rebajar la mitad.
Retiróse Tomás, y escribió la oración, y tuvo lugar de dársela a Costanza sin que nadie lo viese, y ella, con mucho gusto y más devoción, se entró en un aposento a solas, y abriendo el papel, vió que decía desta manera: "Señora de mi alma: Yo soy un caballero natural de Burgos; si alcanzo de días a mi padre, heredo un mayorazgo de seis mil ducados de renta.
Los cuidados que le prodigamos le volvieron a la vida; pero se tornó sombrío y melancólico. No quería ver a nadie, exceptuándome a mí. Se había negado siempre a disponer de la suma de Judit, que tenía en mi poder; y su fortuna, como ya les he dicho, sólo consistía en seis mil libras de renta.
Porque un hombre que, como don Silvestre Seturas, tiene: cinco pies y medio de talla, tres ídem de espalda, tanto estómago como despensa, tanta salud como estómago y tres mil reales de renta;
-Con su pan se lo coma dijo Rincón a este punto : no le arriendo la ganancia; día de juicio hay, donde todo saldrá en la colada, y entonces se verá quién fué Callejas, y el atrevido que se atrevió a tomar, hurtar y menoscabar el tercio de la capellanía. Y ¿cuánto renta cada año? Dígame, señor sacristán, por su vida.
Palabra del Dia
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