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Actualizado: 27 de mayo de 2025
Tranquilízate; Quilito está en su cuarto... Yo no quería darte este disgusto, me hubiera callado, pero se trata de algo tan grave, tan grave que... mira, Pablo, no hay otro remedio, no lo hay, aunque te rompas la cabeza buscándolo... Es una humillación para nosotros, lo comprendo, pero, ¿qué hacer, cuando la honra y la vida de Quilito están de por medio?
No pasaba mes sin que uno de sus pimpollos hiciera alguna barbaridad. Cuestiones, desafíos, borracheras, sumarias, timbas, trampas, eran la historia de todos los días, y la mamá tenía que poner remedio a ello con las recomendaciones y con los desembolsos.
Lo pasado ya no tiene remedio. De lo pasado no debiera hablarse si no encerrara una lección y un escarmiento para el porvenir. Menester es confesarlo. En el aislamiento de España hay de nuestra parte no pequeña culpa.
Morsamor se resignó porque no había otro remedio; mas para consolarse hizo preguntas menos trascendentes.
Me volví pronto al gabinete, muy mal impresionado, y hallé en el relativo calor de la alcoba un momentáneo remedio al frío glacial que en la solana había penetrado como una saeta en mi cuerpo y en mi espíritu.
No importa, vamos allá... Retírate un poco hacia el arroyo para que parezcas mi criado... Perdona, rapaz, pero no hay más remedio... Tira ese garrote. Con harto sentimiento dejó Nolo su nudoso palo de acebuche arrimado á la pared de una casa y se apartó un trecho de la elegante señorita, caminando sin embargo á su lado. Ella le guió al través de las calles hacia la Puerta Nueva.
Os iréis solos, porque a mí se me acaba la paciencia y no espero. Pues no hay más vivo remedio, Señor Don Juan Manuel. Para vosotros, que yo me voy a pie desde aquí a Flavia-Longa. ¿Con esta noche? ¡Qué me importa la noche! Son tres leguas, cerca de cuatro. Tres horas de camino. Tres horas si fuera día claro, pero con tanta oscuridad....
Ido tardó mucho tiempo en apoyar esto, por ser quien era; pero Izquierdo le apretó el brazo con tanta fuerza, que al fin no tuvo más remedio que asentir con una cabezada, haciendo la reserva mental de que sólo por la violencia daba su autorizado voto a tal barbaridad.
Los médicos auguraron mal de éstos y otros síntomas: la principal dolencia estaba complicada con otras muchas. No hallando, pues, remedio eficaz por lo pronto, recetaron algunos paliativos, y entre ellos la digital en pequeñas dosis. Aunque disimularon bastante la gravedad y el carácter poco lisonjero de sus observaciones y pronósticos, dejaron á las dos amigas en extremo afectadas.
Intentaba buscar en mis libros y periódicos, en la soledad de mi habitación, el remedio contra estos aburrimientos de la cocina; pero el temor de que lo tradujera mi tío en señal de menosprecio de sus rudos tertulianos, me contenía.
Palabra del Dia
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