United States or Denmark ? Vote for the TOP Country of the Week !


-Llévele -dijo la duquesa- Sancho al gobierno, y allá le podrá regalar como quisiere, y aun jubilarle del trabajo. -No piense vuesa merced, señora duquesa, que ha dicho mucho -dijo Sancho-; que yo he visto ir más de dos asnos a los gobiernos, y que llevase yo el mío no sería cosa nueva.

Y dando golpes en una arquita que llevaba a la grupa, añadió: Esperad, amigos míos, esperad; llevo aquí dentro algo que ya sabéis lo que es: aquí traigo cuchillos pequeños y grandes, redondos y puntiagudos, para atrapar las balas, los cascos de granada y la metralla de diferente clase que os van a regalar.

Acogido, pues, con gran entusiasmo el proyecto de regalar las banderas á la Milicia Nacional de Sevilla, se abrió la suscripción, en la que es cierto que sólo se admitían señoras, formándose una lista que fué encabezada por doña Josefa de O Denoju, hermana del jefe superior político, y por doña María de los Dolores Mendieta de Carvajal, esposa del poeta don Tomás José González Carvajal y madre del conde del Cazal, á quien todos recuerdan en Sevilla.

Dióle el rey amplías facultades, y escogió Zadig treinta y tres jorobados de los mas feos de Serendib, treinta y tres pages de los mas lindos, y treinta y tres de los mas eloqüentes y forzudos bonzos. Dexóles á todos facultad de introducirse en los retretes de las sultanas; dió á cada jorobado quatro mil monedas de oro que regalar, y el primer dia fuéron todos felices.

El primero produjo un gran desencanto: había dentro una porción de baratijas de las que se empleaban para regalar a los reyezuelos africanos. Los otros cofres costaron mucho trabajo abrirlos, y los encontramos llenos de monedas de oro y de joyas.

Diciendo esto, comenzó a presentarme sus proyectos, que no fueran mayores ni más espléndidos si hubiera a mano un millón de pesos, y por sus adquisiciones futuras y por las haciendas que me había de regalar, y por los viajes que inseparablemente habíamos de emprender, lo dejé por loco o como hombre que se entretenía en fantasear las horas del sueño y del descanso.

También de noche, cerca del alba, emprendía su viaje al monte el casero que se preciaba de regalar a su señor las primeras arceas, las mejores perdices; y allí estaban las perdices, sobre la mesa de pino, ofreciendo el contraste de sus plumas pardas con el rojo y plata del salmón despedazado.

Brindóse la dama a regalar a todos la insignia de la nueva orden y envióle a cada uno una preciosa corbata azul de rica seda japonesa, sujeta por un alfiler formado por una gruesa perla, procedentes todas de un magnífico collar que había pertenecido a su madre. El tío Frasquito fue nombrado por aclamación gran maestre de los ilustres caballeros, que tomaron el dictado de Mosqueteros de Currita.

En fin, para que nada faltase en que el rey interviniera, ponía tasa á lo que á los novios les diese gana de regalar á sus prometidas, marcándoles hasta dónde podían llegar en sus dádivas, diciendo: «por cuanto exceso de joyas y vestidos, y otras cosas que se daban y hacen al tiempo del desposorio... ninguna persona de cualquier estado, calidad y condición que fuere, pueda dar ó diere á su esposa y mujer en joyas y vestidos en causa alguna más que lo que montase la octava parte del dote que de ella recibiese

Y lo peor es que no me ha enriquecido; sólo me dió para vivir con intermitencias de locos derroches y largas penurias. Cuando triunfaban mis protectores, nunca tenían tiempo para regalar algo duradero al que les había ayudado con su pluma venenosa. Además, reconozco mi defecto; soy un bohemio, un vagabundo que nunca se siente bien allí donde está, y espera encontrar algo mejor yendo más lejos.