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Actualizado: 13 de julio de 2025
Le contó que iba siempre a la iglesia, los domingos, para contemplarla furtivamente durante la misa, y le explicó cómo, imaginándola suya, y soñando con lo que no sería realidad nunca, había atravesado aquellas largas semanas de pena. Y ahora no le exigía nada, no le recordaba promesa alguna y sólo pedía que le dejara el alivio de poder algunas veces hablarla.
Supondré que el interlocutor me haya de demostrar que en un triángulo rectángulo el cuadrado de la hipotenusa es igual á la suma de los cuadrados de los catetos; y que para ejercitar su inteligencia, ó mejor, para que sin advertirlo nos explique lo que pasa en su mente, con respecto á la percepcion de su objeto, le hacemos varias preguntas, en apariencia necias, pero que en realidad solo serán escudriñadoras.
Es verdad que las cosas de arte que no son absolutamente necesarias, no deben hacerse sino cuando se pueden hacer enteramente bien, y estas cosas que yo hago, que veo vivas y claras en lo hondo de mi mente, y con tal realidad que me parece que las palpo, me quedan luego en la tela tan contrahechas y duras que creo que mis visiones me van a castigar, y me regañan, y toman mis pinceles de la caja, y a mí de una oreja, y me llevan delante del cuadro para que vea cómo borran coléricas la mala pintura que hice de ellas.
Y sin embargo, la realidad de los casos habria permanecido la misma en uno y otro supuesto: mediando solo la casualidad que deparara al viajero acogida mas ó ménos halagüeña. Necesidad de tener ideas fijas.
Por él sabemos lo que experimentamos, nó lo que es; percibimos el fenómeno, nó la realidad; él nos autoriza á decir: me parece tal cosa; pero nó, es tal cosa.
El Magistral deja de mirar a las estrellas, acerca un poco su mecedora a la Regenta y prosigue: Anita, aunque en el confesonario yo me atrevo a hablar a usted como un médico del alma, no sólo como sacerdote que ata y desata, por razones muy serias, que ya conoce usted; a pesar de que allí he llegado a conocer bastante aproximadamente a la realidad, lo que pasa por usted... sin embargo, creo... le temblaba la voz; temía arriesgar demasiado creo... que la eficacia de nuestras conferencias sería mayor, si algunas veces habláramos de nuestras cosas fuera de la Iglesia.
Beatriz gimió sin poder esquivarse, mientras Ramiro sentía correr por su cuerpo sobrehumano deleite. ¡Al fin lograba la ansiada, la soñada caricia! ¡Era el beso de ella, el beso de Beatriz, tantas veces imaginado! Pero, de pronto, en medio de aquel loco transporte, un relámpago de razón brilló en su cerebro. La realidad acababa de herirle de súbito. Fue algo espantoso.
Todo ser es presente; lo que no es presente no es ser; el instante actual, el nunc, es la realidad misma de la cosa; no basta para constituir el tiempo, pero es indispensable para el tiempo; puede haber presente sin pasado ni futuro; no puede haber pasado ni futuro si no hay presente.
La alta estimación en que se tenía á los militares en aquella época, podía verse en el porte majestuoso de cada uno de los individuos que formaban la compañía. Algunos, en realidad de verdad, por sus servicios en los Países Bajos y en otros campos de batalla, habían conquistado perfectamente el derecho de usar el nombre de soldado con toda la pompa y prosopopeya del oficio.
Verdad que el espíritu humano puede embellecerse al contacto de toda realidad cuando arroja sobre ella una mirada serena; pero no es menos cierto que, á más de este elemento puramente subjetivo, hay en la producción de la belleza otro elemento objetivo que determina su valor y su fuerza.
Palabra del Dia
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