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Actualizado: 13 de julio de 2025


Pero en realidad, esas demostraciones no revelan una infatuacion personal sino un alto orgullo de familia, sentimiento piadoso y patriótico en el fondo; puesto que consiste en el culto á las glorias de sus antepasados y á las tradiciones de la independencia y de las grandes proezas de la España antigua.

En realidad exclamó, el mundo es una gran trapisonda, ¡bendigamos por ello al Creador!

»Y apenas grité «¡Abajo Guillermo! ¡Mueran los verdugoseste hombre de guerra, héroe de cien campañas, tal vez porque tiene un sentido de la realidad más exacto que yo, que no soy mas que un pobre poeta, me agarró las manos, suplicándome: «¡Por Dios, maestro! ¡Nada de locuras! ¡Nos va usted a hacer matar a todos!...» Esto no lo habrá olvidado seguramente mi querido camarada de infortunio.

Donde se mostraba en realidad la perturbación, o por mejor decir, la flaqueza de su inteligencia, era en el seno de la vida doméstica. No se contentó con hacer reina y señora de la casa a su querida, pero admitió en ella también a la madre y los hermanos de ésta, gente ordinaria y soez que la tomó por asalto, dándose harturas de esclavos en saturnal, viviendo en perpetua orgía.

A veces conocemos la verdad, pero de un modo grosero; la realidad no se presenta á nuestros ojos tal como es, sino con alguna falta, añadidura ó mudanza.

Su señoría era un ideólogo de inmenso talento, pero siempre fuera de la realidad; quería gobernar los pueblos con arreglo a las teorías adquiridas en los libros, sin atenerse a la práctica, al carácter propio e indestructible que tiene cada nación.

El positivismo materialista le dejaba algo: la materia era una realidad; sus relaciones también. Además, nunca se había entregado a él, por más que agitara en su mente dudas violentísimas. Pero ahora quedaba solo, sumido en completa oscuridad, lo mismo acerca del universo que nos envuelve, como de su propia existencia y destino.

No tendrá fuerza o realidad palpable para su mente, y por lo tanto no podrá ejercer influencia sobre su vida.

Si digo la mesa es, afirmo del sujeto mesa, el predicado contenido en la idea del ser: y sin embargo, no quiero decir que la mesa es posible, sino que existe en realidad.

No dejaba de pensar a cada coquetona sonrisa de Antoñita que acaso a la mañana siguiente le costaría demasiado cara; pero aun así le parecía deliciosa, tanto como terrible la primera que el adversario le lanzaría sobre el terreno y que él veía con toda realidad en su imaginación.

Palabra del Dia

malignas

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