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Actualizado: 17 de noviembre de 2025
En fuerza de importunar a los amigos que tenía en los periódicos de Madrid, había podido conseguir un billete de favor, un pasaje de primera clase pagando lo que pagaban los de tercera. En justicia yo debía ir abajo comiendo rancho con ese rebaño de judíos y cristianos, rusos, alemanes, turcos, españoles y... ¡demonios coronados!, pues aquí vienen gentes de todos los países.
El que soñaba con cubrirse de gloria y ser caudillo famoso antes de los treinta años, no pensando más que en combinaciones estratégicas y originales fortificaciones, tiene que ocuparse del lavado y adecentamiento de unos cuantos mozos cerriles que llegan del campo oliendo a excesiva salud; probar el rancho, hablar de calzoncillos y camisas y calcular la duración de borceguíes y alpargatas.
Veíase en el coche de alquiler que los condujo a la calle de Quiñones, donde está el vulgar y triste edificio llamado Modelo con descarada impropiedad; el coche paraba junto a una puerta en la cual había un soldado de guardia, y más a la izquierda un grupo de pobres disputándose las sobras del rancho de las presas.
Y como no llegaba ninguna queja, don Roque se abstenía de averiguar la lejana procedencia de aquellos animales. Luego huían de pronto los compañeros de Manos Duras, y éste continuaba su vida solitaria, ó desaparecía igualmente de su rancho por algún tiempo, con gran satisfacción del comisario.
Transcribo aquí dos «bambucos» . Como se verá, el verso en sí mismo no vale nada; es la música que lo acompaña, la expresión con que se dice, lo que constituye todo su mérito. Tal triste, oído una noche en un pobre rancho de nuestros campos con profunda emoción, no resiste a la tentativa de trasladarlo a una orquesta como motivo de sinfonía.
Este rancho en ruinas, llamado de «la India Muerta», era célebre en la comarca, y sin embargo, muy pocos lo habían visitado, pues únicamente servía de refugio á vagabundos deseosos de continuar su marcha sin ser vistos por las gentes del país. Allí los encontraremos... volvió á decir si es que no han seguido viaje.
Se colocaron los bancos en rueda, destinado el frente que daba al rancho sitio de honor para los guitarreros, para las mamás y para los mosqueteros de más consideración; luego seguían las mozas que entrarían en danza y la turbamulta de mirones y de asistentes.
Concluyóse por fin el mercado, y mientras el fresco matrimonio se instalaba en su rancho, Cayé cargaba concienzudamente su 44, para dirigirse a concluir la tarde lluviosa tomando mate con aquellos. El otoño finalizaba, y el cielo, fijo en sequía con chubascos de cinco minutos, se descomponía por fin en mal tiempo constante, cuya humedad hinchaba el hombro de los mensú.
Recogióse en su Rancho ofreciendo á Dios su vida en sacrificio por el bien de aquellas almas, y estuvo toda aquella noche esperando le viniesen á matar; mas Nuestro Señor le libró para otras cosas de su servicio, porque avisados los infieles por la dicha india de que el Padre Misionero sabía ya sus intentos, no se atrevieron á darle la muerte, recelando también no viniesen luego los españoles á vengarla.
Unas chozas recordaban el rancho americano; otras, cónicas y prolongadas, imitaban al gurbi de África. Muchos de los soldados procedían de las colonias; algunos habían vivido como negociantes en países del nuevo mundo, y al tener que improvisar una casa más estable que la tienda de lona, apelaban á sus recuerdos, imitando la arquitectura de las tribus con las que estuvieron en contacto.
Palabra del Dia
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