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Actualizado: 25 de junio de 2025
La cocina se encuentra a la izquierda de este corredor, y su puerta, continuamente abierta, permite ver una mesa de encina y en torno de ella algunos bancos. A cualquier hora del día se encuentran sentados en ellos labradores de la casa o forasteros que comen pan y queso, y beben vino alegremente.
Tengo buenos vinos, y ya que has venido del otro lado de la tierra para comer queso de Brie, te lo daré hasta matarte de una indigestión. Luego abandonó su tono de broma, para decir con voz emocionada: No sabes cuánto me alegra que conozcas á mi mujer. Nada te digo de su hermosura; las gentes la llaman «la bella Elena»; pero su hermosura no es lo mejor. Aprecio más su carácter casi infantil.
A mediodía pudo encontrar un pedazo de pan, un poco de queso y una botella de vino blanco en una taberna inmediata al camino. El dueño estaba en la guerra, la mujer gemía en la cama. La madre, una vieja algo sorda, rodeada de sus nietos, seguía desde la puerta este desfile de fugitivos que duraba tres días. «¿Por qué huyen, señor? dijo al caminante . La guerra sólo interesa á los soldados.
Javier y el Doctrino tomaron en competencia posesión de la cama. Lázaro se acomodó lo mejor que pudo en una silla de tres pies y medio, y el poeta continuó en pie haciendo los honores del sotabanco. Del cajón de la cómoda sacó un pedazo de queso envuelto en un papel, que se había hecho transparente.
En el bouquet del vino, en el sabor del queso Gruyer, y en las chispas de la champaña, en el reflejo de unos ojos, hasta en el contraste del pelo negro de Ronzal y su frente pálida y morena... en todo encontraba Anita aquella noche belleza, misterioso atractivo, un valor íntimo, una expresión amorosa.... ¡Qué colorada está Anita! le decía Paco a Visitación por lo bajo.
Este «refresca», para que el Emperador apreciase la abundancia de frutos de la isla, componíase de cien vacas, doscientos carneros, centenares de parejas de gallinas y pavos, de cuarteras de aceite y harina, de cuarterones de vino, de cuarterolas de queso, alcaparras y aceitunas, veinte barriles de agua de arrayán y cuatro quintales de cera blanca.
Sea usted tranquila, Xuantipa; póngase usted tranquila. ¡Tranquila, tranquila!... Si es para tocarse del queso. Esto se lo lleva la trampa, porque no hay un hombre aquí. ¿Qué va a ser de mí? ¿Qué va a ser de esa pobre neñina inocente? Porque yo, bien lo sabe Dios, perdono, hago como que no sé.
Si vuestra merced quiere un traguito, aunque caliente, puro, aquí llevo una calabaza llena de lo caro, con no sé cuántas rajitas de queso de Tronchón, que servirán de llamativo y despertador de la sed, si acaso está durmiendo. -Quiero el envite -dijo Sancho-, y échese el resto de la cortesía, y escancie el buen Tosilos, a despecho y pesar de cuantos encantadores hay en las Indias.
HUEVOS CON QUESO. Se hace una costrada compuesta de queso y pan rallado, la mitad de cada cosa; se cascan los huevos sobre ella; se espolvorean de sal, pimienta, nuez moscada y queso rallado y se les da color con una pala candente.
La abundancia y la alegría reinaban en aquellas tres casas. Se trabajaba tan firme como en los primeros tiempos; pero al soltar la azada ó la guadaña, los hombres encontraban sobre el lar la comida sazonada y humeante, el jamón añejo, el queso fresco, la sidra espumosa.
Palabra del Dia
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