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Actualizado: 13 de junio de 2025


¿Podéis ver esta noche á vuestro amigo? ¿A Juan? contestó con esfuerzo doña Clara. Lo veré, si vos queréis. ¿Sabéis dónde está? Está donde le han arrojado vuestros desdenes. ¿Y le sacarán de allí mis favores? ¡Oh! vos, señora, podéis sacar un alma en pena del purgatorio. Bien sabe Dios que me sacrifico por su majestad. O no os conocéis, ó no me conocéis, señora dijo gravemente Quevedo.

Si eres alma en pena, dímelo, que yo haré por ti todo cuanto mis fuerzas alcanzaren, porque soy católico cristiano y amigo de hacer bien a todo el mundo; que para esto tomé la orden de la caballería andante que profeso, cuyo ejercicio aun hasta hacer bien a las ánimas de purgatorio se estiende.

Debemos ayudarnos los unos á los otros en nuestras desgraciasAsí pensé; sólo que con la batahola que hay en casa, no tuve tiempo de venir ni de contestar.... Pero hoy, aunque estaba medio muerto de pena, dije: «Voy, voy al momento á sacar del purgatorio á ese buen amigo D. Juan...» y aquí estoy para decirle que aunque me debe usted setenta y tantos mil reales, que hacen más de noventa con los intereses no percibidos, y aunque he tenido que darle varias prórrogas, y... francamente... me temo tener que darle alguna más, estoy decidido á hacerle á usted ese préstamo sobre los muebles para que evite la peripecia que se le viene encima.

Creo a veces que esta enfermedad es el purgatorio de esta pobre criatura, y si tan inocente ella me parece, y le hace falta sufrir como sufre, ¿qué será de ? Todo es para ella mortificación y pesar; hasta el tomar alimento la molesta. Sólo esperamos un milagro; este consuelo siempre lo tienen los que como yo creen en Dios.

El que ha pasado por ese trance, sabe que no es el más a propósito para entregarse a la improvisación poética... Sin darse cuenta de lo que Gutiérrez González hacía, pero reconociéndolo, el amigo se le acerca y le pregunta naturalmente: ¿Qué estás haciendo, Gregorio? Déjame, por Dios, Vicente, ¡Que estoy pasando actualmente Las penas del Purgatorio! contesta en el acto el incorregible poeta.

María Josefa Hevia tenía ya por lo menos cuarenta años, y sus quince habían sido casi tan feos, pese al refrán, como sus cuarenta. Como no poseía tampoco bastante hacienda para restablecer el equilibrio, ningún valiente había llegado a redimirla del purgatorio de la soltería.

Y prueba de que la cazuela es también paraíso la ofrecen los mismos teatros de este mundo, en los cuales se dice indistintamente paraíso y cazuela. El purgatorio es como el vestíbulo del celestial coliseo, lugar de los que deben esperar con la natural impaciencia.

»Puse por nombre á este bosque el Purgatorio, para que quien los años siguientes viniere á este país en busca de almas, sepa cuánto le han de costarHasta aquí el P. Zea.

La maldad, existente en y para , la ha personificado Calderón en el demonio con singular maestría, principalmente con el objeto de que, bajo esta forma, se revele poco á poco á San Cipriano.» K. Rosenkranz. Las leyendas más completas de El purgatorio de San Patricio, se encuentran reunidas en Th. Wright, St.

Trato frecuentemente de penetrarme de lo que recuerdo haber escrito una vez, esto es, que yo no quería considerar esta vida más que como un purgatorio, y que todas las penas que Dios me envíe debo encontrarlas dulces en comparación de las que yo merezco.

Palabra del Dia

rigoleto

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