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Actualizado: 3 de junio de 2025
Era un rayo de sol en una cerrazón de la niebla, era la viva reivindicación de sus derechos, una protesta alegre y estrepitosa contra la apatía convencional, contra el silencio de muerte de las calles y contra el ruido necio de los campanarios....
Y cuando el general rumor de protesta llegaba hasta doña Bernarda, ésta elevaba las manos con desesperación. ¿Dónde irían a parar? Su hijo quería perderse. Don Matías, el rústico millonario, callaba, y en presencia de doña Bernarda fingía ignorarlo todo. Su interés por emparentar con la familia Brull le hacía ser prudente.
¿Pero eres tú, Isidro? preguntó con su voz infantil . ¡Pues pocas ganas que tenía de verte!... La abuela no piensa en otra cosa; siempre me hace el mismo encargo: «Si ves al chico, dile que venga. Casi no le he visto desde que nos casamos.» Sí, yo soy, amigo Zaratustra. ¿Cómo le va a la abuela contigo? ¿Aún estáis en la luna de miel? El viejo hizo un gesto de protesta, sin dejar de sonreír.
Recortaban cruelmente sus tiernos rabos mientras hablaban con los compradores, o aprisionaban sus finos tallos con el hilo, sin que les enterneciera el perfume que en son de protesta les arrojaban al rostro. Un mosaico deslumbrador se extendía sobre las mesas.
Se siente ese silencio del mar lleno del gemido agudo del viento, del grito áspero de las gaviotas, de la voz colérica de la ola, que va en aumento hasta que revienta en la playa y se retira con el rumor de una multitud que protesta.
Mi padre lo vio. Jaime hizo un ademán de protesta. No; nada del capitán Riquer. Se sabía de memoria la hazaña. En tres meses que salían juntos al mar, raro era el día que terminaba sin el relato del suceso.
En él encontrarás el nombre del Banco al que debes dirigirte. Quiero que seas el más rico de tu pueblo; que tus hijos se acuerden del capitán Ferragut cuando yo haya muerto. El piloto hizo un gesto de protesta ante esta muerte posible, y al mismo tiempo se restregó los ojos como si sintiera en ellos un cosquilleo intolerable. Ulises continuó sus instrucciones.
Al felicitar oportunamente á la Reina Isabel, acompañaba protesta de su constante adhesión, expresando que aún podría serle provechoso en otras jornadas . Así lo iba entendiendo el Conde de Essex desque en la victoria descubrió la exactitud de los cálculos por donde se había alcanzado. Pérez era ciertamente instrumento útil.
Y cesaron; pero dejando en Leto ciertas heces que le amargaron mucho la fiesta; y eso que el fiscal, lejos de ofenderse con la protesta, aunque cambió de estilo y de asunto, se quedó tan fresco como una lechuga, y tan amigo de Leto como siempre.
A través de su tejido sutil se percibía el contacto de la fina carne, como si fuese una envoltura de aire multicolor. Ella lanzó un murmullo de protesta. Luego imitó el gesto de Ulises tendiendo una mano hacia la pared... Y se hizo la obscuridad.
Palabra del Dia
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