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Actualizado: 3 de junio de 2025


Ese hombre y este pueblo me llenan la vida de prosa miserable; diga lo que quiera don Fermín, para volar hacen falta alas, aire...». Estos pensamientos la llevaban a veces tan lejos que la imagen de don Álvaro volvía a presentarse brindando con la protesta, con aquella amable, brillante, dulcísima protesta de los sentidos poetizados, que había clavado en su corazón con puñaladas de los ojos el elegante dandy la tarde memorable de Todos los Santos.

Hay en esta inclinación que se observa en Madrid, en el alcázar como en la zahurda, algo de bueno: no es todo malo. Por lo pronto significa una protesta contra esa continua mentira que el refinamiento y la complicación de las fórmulas sociales trae siempre consigo.

A la hora indicada, y en el momento de entrar en casa de nuestras amigas, nos tropezamos con Francisca, la cual, después de haber saludado amablemente a la abuela, nos propuso acompañarnos. La abuela hizo un movimiento de protesta que Francisca aparentó no ver ni yo tampoco. En seguida llamé, para evitar la hostilidad de la abuela, a la que no hacía ninguna gracia la compañía de Francisca.

Todo esto lo pensaba, lo veía; pero no acertando á expresarlo, se limitó á insistir en su protesta. ¡No!... ¡En nuestro mar, no quiero! Ferragut, á pesar de su carácter impetuoso, adoptó un tono de bondad, como un padre que desea convencer á su hijo fosco y testarudo. Los sumergibles alemanes se limitarían en el Mediterráneo á una acción militar.

Sin que pretendamos, ni por asomo, hacer una protesta ridicula de excentricismo, nosotros, para ser verídicos, hemos de consignar que al contrario de lo que á muchos sucede, tenemos una singular complacencia en experimentar lo que hemos apuntado ántes.

La Madrid explica al Gobierno el motivo real, aunque bien frívolo, por cierto, que lo ha impulsado, y protesta de su adhesión inalterable. Pero ya era tarde: Facundo estaba en movimiento, y era preciso prepararse a rechazarlo.

El empleado sonrió ante esta protesta de la dignidad profesional, y siguió presentando a los otros. Un muchacho cabezudo, con ojos azorados y chaquetón de paño pardo, era el Paleto. Le habían traído por robar un corsé. Miraba a Maltrana con ojos de víctima moribunda, creyéndolo un señor poderoso.

Algunos de los que se llevaban el cigarro á los labios quedaron con la mano inmóvil á dos dedos de la boca, abriendo los ojos desmesuradamente. Pero allí estaba el capitán de la landsturm para dar forma á su muda protesta. ¡Devolver! dijo con una voz que parecía ensordecida por el repentino hinchamiento de su cuello . Nosotros no tenemos por qué devolver nada, ya que nada hemos quitado.

Sin el favor y auxilio que le , sin las armas, dinero, hombres y fuerza moral que le suministra, es evidente para todo el mundo que la insurrección estaría ya sofocada; que hubiera sido mil veces menos fuerte; que tal vez no hubiera ocurrido. Una protesta enérgica contra él por parte de España sería sublime delirio.

Y mansamente, como quien no quiere saber nada, me ha preguntado por mi amigo; y yo, ¡figúrese!... le he dicho que era usted un gran poeta, un notable personaje; he hablado de su familia, de su gran fortuna, de que va a América por el solo gusto de pasear, y de las muchas señoras que se deja en Madrid muertas de pena... Fernando hizo un movimiento de protesta. No se enfade, Ojeda; no se queje.

Palabra del Dia

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