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Actualizado: 10 de mayo de 2025
Otro día se presenta en la casa de la familia ofendida, hace descender de la grupa a la niña que ha seducido, y desdeñando las maldiciones de los padres que le siguen, se encamina tranquilo a su morada sin límites. Este hombre divorciado de la sociedad, proscrito por las leyes; este salvaje de color blanco, no es en el fondo un ser más depravado que los que habitan las poblaciones.
Pero hay una diferencia muy sustancial. El judío es proscrito en Europa, especialmente en Roma, por espíritu de persecución é intolerancia, ó por tradición ó costumbre; en tanto que el gitano no es en España objeto de persecución.
Desterrado de Baviera como un miserable faccioso, proscrito y fugitivo, errante por espacio de dos años desde las riberas del Danubio a las montañas de Escocia, me lo habían robado todo, la patria y el honor. ¡Pero me quedaba Eulalia! y este recuerdo inefable encantaba mi miseria y acompañaba mi soledad. Yo era dichoso por el porvenir y por ella.
Murieron bajo el hierro del vencedor mas de veinte mil partidarios de Pompeyo; fueron echados los demas de sus albergues; condenados muchos á andar errantes por la tierra llevando en su frente el sello del proscrito. ¡César! ¡César! no era esta la mision que te habia confiado tu destino. ¿Cómo pudiste en un instante de ira venir á cubrir de luto una ciudad á que antes y despues consagraste tus recuerdos? ¿cómo no supiste acallar aqui tus pasiones, tú que acostumbrabas á levantar entre tus brazos al vencido, tú que no tuviste corazon para ver la cabeza de Pompeyo y dejar de verter sobre ella una lágrima de compasion y de ternura? ¡César! ¡César! hemos creido ver aun tu sombra airada pasando sobre esta ciudad de Córdoba: perdónanos si llevados por la fuerza del sentimiento hemos recordado con placer que fuiste á espirar bajo el puñal de Bruto.
En cuanto a mí, con los ojos chispeantes, el pecho hinchado por los sollozos, les contaba la agonía de mi pobre hermana y mis horribles imprecaciones cuando vi que estaba muerta... muerta para siempre... entonces ellos, palmoteando, decían: «¡Qué expresión! ¡qué gesto! ¡Qué bien representaría el Otelo!» Sí, cuando yo les contaba mis combates por la independencia de España, que me habían proscrito; cuando mi exaltación africana llegaba hasta el delirio y yo gritaba jadeante: ¡libertad! ¡libertad!... ellos decían: «¡Qué hermoso está! ¡Qué bien representaría el Bruto!» Y después, cuando habían asistido a la tortura moral que me imponían exaltando mis recuerdos, se iban tranquilamente al baile, a sus ocupaciones, a otros placeres: porque para ellos todo estaba dicho: la comedia ya había sido representada.
Era valiente, activo; y desterrado para siempre del suelo que le vio nacer, decidió, pues, entrar al servicio de Inglaterra, y presentó al efecto una solicitud a los ministros de Jorge II, que fue desatendida. Pidiome entonces que fuese a hablar a la Reina, la que me recibió con dulzura, pero me manifestó que sentía mucha pena por no poder favorecer a un proscrito por la corte de Madrid.
Dos días de tregua le bastaron para escapar con el primer disfraz que encontró y caer en los brazos de mi madre. El primer instante lo dedicaron por completo al placer de volver a verse, el segundo a la inquietud y al terror. Saumur pertenecía a los republicanos y mi padre estaba proscrito.
Sí, hijo mío; y allí, vida nueva; reanudé la amistad con un capitán de la marina que había conocido en el Cairo en el momento en que iba a ser decapitado por haber levantado el velo a una de las mujeres de un fellah. Yo le salvé a bordo de mi brick. Al encontrarme en Francia, quiso atestiguarme su agradecimiento, y me presentó a un pequeño número de amigos, como un proscrito de la Inquisición.
Por su parte, el proscrito, sin dejar de hablar, examinaba los tejados, las terrazas y las galerías cubiertas de este palacio, grande como un pueblo, en el que había pasado su adolescencia. Hizo que el gigante detuviera su marcha, y echando medio cuerpo fuera del bolsillo, empezó á dar gritos para que acudiese el jefe de la escolta.
Yo me traslado algunas veces con la imaginación al día en que, muy joven aún, pero ya proscrito, ascendí por primera vez a las altas cimas del Jura.
Palabra del Dia
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