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Actualizado: 19 de noviembre de 2025


En vano pretende vivificarla acariciando sus hermosas caderas, y gimiendo de dolor entre sus marmóreos pechos. Ya no es mujer, es una divinidad. Es la diosa del amor en nueva forma, con caracteres desconocidos.

Hizo una mueca de desprecio y añadió: ¿Pretende usted que vaya á rogar á esos dos señores que no arriesguen sus preciosas vidas, para que después cada uno de ellos me exija algo á cambio de su obediencia?... Además, si intervengo en ese asunto, los dos van á creer, cada uno por su parte, que me inspiran gran interés, y ninguno de los dos me importa nada... Si se tratase de otro hombre, tal vez accedería á su ruego.

El Príncipe despeñado. Dos partidos disputan en la corte de Navarra después de la muerte del rey García: uno, el de D. Sancho, hermano del muerto, que pretende sucederle, y otro, el que defiende los derechos de su hijo, aún no nacido. A su cabeza se hallan los hermanos Guevara, sosteniendo D. Martín las pretensiones de D. Sancho, y D. Ramón los derechos del Príncipe, cuyo nacimiento se espera.

No lo podía evitar: tenía esa vanidad madrileña que pretende cubrir con perifollos de seda la falta de ropa blanca, y que prefiere el adorno de la sala al cuidado de la alcoba. Pepe participó también, en cierto modo, de ese sentimiento que tiende a ocultar al prójimo la propia miseria.

A veces, la mujer, dueña absoluta del hogar, como lo exigen las buenas costumbres, se ve obligada á poner mal gesto y á infundir un poco de miedo á su compañero masculino, pues éste pretende usurparle sus funciones y grita que no quiere ser esclavo. Me dirá usted que así empezaron las mujeres antes de la Verdadera Revolución; pero el caso no es el mismo.

Los que hacen la guerra á una cierta filosofía, están muy cercanos á condenarlas todas; ellos que dicen en su corazon: no haya mas filosofía en el mundo. Yo mismo no estoy exento de sus condenaciones; pues que el primer impulso de esta filosofía, al presente tan mal conceptuada, á causa de sus resultados religiosos, se pretende que soy yo quien lo he dado.

Que lo que percibimos lo percibimos en sucesion; que en sucesion percibimos hasta nuestras mismas percepciones ¿quién lo ignora? pero ¿qué es la sucesion? esto es lo que se debia explicar. Kant pretende que nada sabemos del mundo externo, sino que tenemos tales ó cuales apariencias, fenómenos; pero no niega que fuera de la apariencia pueda haber una realidad.

A usted le tienen sin cuidado el arte, la empresa y hasta las buenas mozas del coro. Explíquese usted. Lo que a usted le interesa es... la muchacha. Ahora que tiene usted que explicarse repuso don Juan desconcertado. , mi sobrina: y hablando en plata, lo que usted pretende es que yo le ponga en contacto con ella.

Muy de agradecer es esto último en el día de hoy, cuando en la novela se pretende enseñar todo lo que hay que saber, incurriendo los novelistas en pesadez inaguantable. Porque, según me decía anteayer cierto amigo mío, no pocas novelas docentes de ahora son para él como el ajedrez: para juego, sobrado científico, y para ciencia, sobrado juego.

Don Alvaro sonríe consolado, y, beatificado, exclama: ¡Ta, ta, ta, ta, ta! Así va tirando aún el ilustre descendiente, según pretende su ejecutoria, del más heroico de los doce pares. En cuanto a doña Inés, afirma mi amigo el diputado que está hermosa y fresca todavía, y que pudiera hacer el papel de Angélica, aunque algo metida en carnes.

Palabra del Dia

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