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BERGANZA. Ambición es, pero ambición generosa, la de aquel que pretende mejorar su estado sin perjuicio de tercero. CIPIÓN. Pocas o ninguna vez se cumple con la ambición que no sea con daño de tercero. BERGANZA. Ya hemos dicho que no hemos de murmurar. CIPIÓN. , que yo no murmuro de nadie. BERGANZA. Ahora acabo de confirmar por verdad lo que muchas veces he oído decir.

En estos momentos, es cuando necesito para él todo el socorro divino que siempre he solicitado. Sus pasiones empiezan a desarrollarse; temo que su juventud y su vida sean demasiado borrascosas; le veo de continuo melancólico y agitado; no lo que pretende. ¡Ah! quisiera encontrar el medio para tenerlo contento.

Y si lo hubiera, si yo agradase a Pepita de otro modo que como amigo, si la mujer a quien mi padre pretende se prendase de , ¿no sería espantosa mi situación? Desechemos estos temores fraguados sin duda por la vanidad. No hagamos de Pepita una Fedra y de un Hipólito. Lo que empieza a sorprenderme es el descuido y plena seguridad de mi padre.

Diré que está vendido á los Estados Unidos y por eso pretende implantar entre nosotros las costumbres y sistemas de allá. Voy á demostrar que ha recibido tres millones de Wáshington para su candidatura.... Si le parecen poco, escribiré cinco millones. Da lo mismo. ¡Con decir que yo he visto con mis ojos cómo los recibía!... Y escribí esto, y otras cosas.

En los seres que tenemos por inanimados, ¿hay alguna participacion de esa facultad misteriosa? ¿Se compondrá el universo de un conjunto de mónadas dotadas de cierta percepcion, como pretende Leibnitz? Esto es una hipótesis destituida de fundamento; pero siendo tan limitados nuestros medios de observacion, andemos con mesura al señalar un linde á la region de la vida.

¡No; no, señor! intenciones de más que eso he tenido... ¡pero quiero tanto á mi mujer!... á la pobre han debido darla algún bebedizo. ¿Ha podido sospechar vuestra mujer que conocéis su falta? No; no, señor. Pues bien, seguid obrando en vuestra casa como si nada supiérais. ; , señor. ¿Qué pretende el duque de Lerma de esa doña Ana?

En cuanto una madre ha puesto en el mundo un hijo, y le ha inculcado su propia fe, ¿qué le resta hacer ya? ¡Como no sea poner todos los días su débil mano entre la llama de esta fe y el viento del siglo que pretende apagarla! ¡Ah! yo me he sentido algunas veces orgullosa de ser madre de hijo semejante pero su independencia de espíritu me ha hecho sufrir mucho.

La invención de este argumento es de las más felices; está, además, perfectamente calculado, y su desarrollo parece hecho por el poeta con predilección y cariño. El joven Astolfo tiene relaciones amorosas con la bella Julia, á quien el duque de Sajonia pretende también, aunque ella no corresponda á su inclinación.

Que sor Fulana envió el día de su santo una bizcochada magnífica á su director espiritual. Que sor Fulana pretende sobreponerse, y envía al jefe de su conciencia otra bizcochada mejor. Las dos madres se pican: la una, porque la otra ha hecho más: la otra, porque la primera ha murmurado de ella. Entonces tercian chismes más peligrosos.

Hay además motivos mundanos poderosos que se opondrían a estos absurdos amores, aunque la vocación y promesa de D. Luis no se opusieran. Su padre te pretende; aspira a tu mano, por más que no le ames. ¿Estará bien visto que salgamos ahora con que el hijo es rival del padre? ¿No se enojará el padre contra el hijo por amor tuyo?