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Actualizado: 13 de junio de 2025
Aún no se había perdido el ruido de las carcajadas de los libertinos, cuando ya germinaba en la mente del muchacho la idea del robo. A los dos meses el barrendero estaba en presidio.... Sirva el saludable consejo que envuelve el anterior recuerdo, y volvamos á nuestro teatro de Legaspi.
Esta determinacion del gobernador inglés tenia lugar el 26 de Junio, y cerca un año mas tarde, el 4 de igual mes de 1797, los conspiradores resolvian dar libertad á los encarcelados para que fuesen á buscar auxilios extranjeros, y facilitaban la evasion de todos ellos menos Laz, que habia sido ya remitido á su presidio hacia algun tiempo, sin que este hecho diese lugar por parte del gobierno á otra cosa que á algunas pobres é infructuosas averiguaciones.
Para los otros regimientos éramos gente mala, tal vez escapados de presidio. «¡Qué hambre sufrirías en tu casa me dijeron en el frente , cuando has venido aquí para poder comer!...» Y entre nosotros había estudiantes, periodistas, jóvenes de familias ricas, enganchados por entusiasmo... Pero no hablemos de esto.
Pero al tiempo de los Catalanes y Aragoneses llegaron á esta Provincia apenas parecian sus ruinas; solo en las de la antigua Lisimachia habia un castillo llamado Ejamille, y muchas aldeas y poblaciones pequeñas á donde los nuestros se alojaron en tanto que pasaba el rigor del invierno, tomando, como tengo dicho, á Galípoli, Ciudad de mediana poblacion, por principal fuerza y presidio para la defensa comun.
El calavera silvestre es el gato del lechuguino: así es que éste le ve con terror; de quimera en quimera, de qué se me da a mí en qué se me da a mí, para en la cárcel; a veces en presidio, pero esto último es raro: se diferencia esencialmente del ladrón en su condición generosa: da y no recibe; puede ser homicida, nunca asesino. Este calavera es esencialmente español.
Hacía medio año que había desembarcado, después de pasar ocho en un presidio de la Península. Le habían condenado a catorce, pero le alcanzaron varios indultos. El recibimiento fue triunfal. ¡Un hijo de San José que regresaba de tan heroico destierro!... No debían mostrarse menos entusiastas que los vecinos de otras parroquias, que acogían a sus verros con grandes agasajos.
Tuve una inspiración. Comprendí que delante de nuestros pasos se abrían dos sendas: la del presidio, la de la gloria. Cargué en mis hombros a mi pobre hermanito, lo mismo que hoy cargo a la Nela, y dije: «Padre nuestro que estás en los cielos, sálvanos»... Ello es que nos salvamos. Yo aprendí a leer y enseñé a leer a mi hermano.
Pero yo la desoigo; quiero soñar, quiero inventarme bellas mentiras para mi consuelo. Tal vez en este vientecillo que nos roza la cara, hay algo de las manos suaves y temblorosas que me acariciaron por última vez antes de ir al presidio. El gitano había cesado de gemir, mirando a Salvatierra con sus ojos africanos, agrandados por el asombro.
Contó también que el tendero murciano y su mujer, con más impaciente furia, no se conformaban con callarse sin delatar a Antoñuelo y sin enviarle a presidio, si no se les devolvían en el término de tres días los ocho mil reales que no habían recobrado y que el cómplice de Antoñuelo se había llevado consigo.
Eso es muy fácil de decir, tío replicó Gonzalo con amargura. Figúrese usted que voy a Nieva, le busco y le pego un tiro o una puñalada y le dejo muerto... Pues desde allí voy a la cárcel, y, por bien que me vaya, no me escapo sin unos años de presidio... Aparte de que la mayoría de los hombres, aunque disculpasen la acción, no la hallarían muy valerosa.
Palabra del Dia
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