Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 9 de mayo de 2025


Apartándose de este boscage, se entra en otro bañado que tiene como tres leguas de ancho, y por el cual se anda á caballo, aunque en ciertos parages suele llegar el agua hasta los encuentros del animal: este bañado termina en el rio de San-Francisco, que es menester pasar en canoa: en seguida se atraviesa una pradera, luego un bosque, mas allá del cual hay una hacienda para la cria de caballos.

Y los valles se sucedían unos a otros; el trineo subía, bajaba, volvía a la derecha, después a la izquierda, y los guerrilleros, con la bayoneta calada, seguían la marcha sin detenerse. De este modo caminaron todos hasta las tres de la madrugada, en que llegaron a la pradera de Brimbelles, sitio en el cual se ve hoy todavía una hermosa encina que avanza sobre el camino, al dar la vuelta al valle.

Era el médico que Rojas había ido á buscar la noche anterior en el pueblo más próximo. Pasados unos minutos llegaron á la pradera Canterac, Torrebianca y Watson. El capitán y el marqués vestían largas levitas, menos flamantes que la de Pirovani, y corbatas negras: lo mismo que si asistiesen á un entierro. Watson llevaba simplemente un traje obscuro.

Porque no te veia, una vez maldiciendo, otra llorando, la vista dirigia á la arboleda umbría, sólo de ruiseñores habitada, que, la intensa pradera atravesando, termina en el umbral de tu morada. Ya se iban apagando del ciclo azul los tornasoles rojos... Yo, el rostro contrayendo de rabia y de dolor, cerré los ojos y... ya nunca te aguardo maldiciendo.

De trecho en trecho, una docena de soldados de infantería vestidos de verde marcaban el paso en una pradera, con la cabeza erguida y una pierna al aire, llevando sus fusiles a modo de ballestas: era el ejército de cualquier principillo de Nassau.

Cerca de las corrientes de agua abra su delicada flor la parnasia y en otras partes florecillas blancas y azules, rojas ó amarillas, se multiplican y forman tales muchedumbres, que dan su color á toda la pendiente vegetal, y desde las vertientes opuestas se puede conocer qué especie de planta domina en la pradera, á medida que la nieve retrocede hacia las alturas ante la alfombra de florida verdura.

¡Oh, España!... ¡Oh, don Quichotte! Sin saber cómo, salieron los dos del hotel hablando de las representaciones a que asistían por las tardes. Aquel día no era de teatro, y ella pensaba ir a la pradera llamada Teresienwiese, al pie de la estatua de la Bavaria, para ver la feria de los tiroleses y escuchar sus canciones.

La pradera estaba ahora limpia de gente, lo mismo que los linderos del bosque. Todas las máquinas rodantes, así como las tropas de á pie y á caballo, habían abierto la marcha, empujando á la muchedumbre para que se apartase del camino.

A los pocos momentos eran centenares; al final llenaron la mayor parte de la pradera, siendo más de mil. Numerosos enanos, que por sus trajes parecían hombres de campo y en realidad eran mujeres, silbaron y agitaron sus cayados para ordenar y agrupar á estos animales.

Después se deshizo el montón y con algunos pedazos de vestido de menos y algunos bultos en los ojos de más, todos los alborotadores se marcharon corriendo hacia la tienda de comestibles. La boda penetró en el jardín, siguió solemnemente la orilla de la pradera, subió la escalinata y entró en el salón completamente adornado con ramos blancos.

Palabra del Dia

commiserit

Otros Mirando