United States or Brunei ? Vote for the TOP Country of the Week !


Después hacían conchas de cobre, de plata, de latón, de porcelana y de azabache. Todavía existe en Santiago la calle de los Azabacheros, desde donde se ve una fachada de la catedral, y a esta fachada se la llama la Azabachería. Y muchas casas, que antiguamente sirvieron de mesones para los peregrinos, conservan aún, como distintivo, una concha de vieira esculpida a la entrada.

Lo que más me chocaba y admiraba de toda la sala era una pareja de chinitos, metidos cada uno en un fanal, que movían la cabeza. Tenían caras de porcelana muy expresivas y estaban muy elegantes y peripuestos. El chinito, con su bigote negro afilado y sus ojos torcidos, llevaba en la mano un huevo de avestruz, pintado de rojo; la chinita vestía una túnica azul y tenía un abanico en la mano.

En una mesa maqueada, de trabajo muy lindo, había, entre varios juguetes de porcelana y un álbum de retratos, una gran chocolatera de cobre, vieja y requemada, con su molinillo de palo muy tieso, chorreando espeso líquido. La condesa mostró a Margarita con la punta de la sombrilla el extraño bibelot, diciendo muy bajo: Caprichos de artista...

De-Hinchú debió ser feliz aquellos breves meses, ricos en promesas que no vimos cumplidas. Tenía para su pequeña amiga la misma supersticiosa adoración, aunque no el mismo capricho, que para su dios pagano, de porcelana.

Hablaron aquellas señoritas como dos comadronas matriculadas. ¡Qué riqueza de datos! ¡Qué empirismo tan provisto de documentos! Doña Anuncia tenía la boca llena de agua. Buscaba a cada momento el recipiente de porcelana que estaba a los pies de su butaca. «En cuanto a la moral, tampoco era el caso grave, porque en Vetusta nadie debía de saber nada.

Sobre una antigua mesa de roble, sostenida por columnas salomónicas, se veía un contadorcillo o papelera con embutidos de concha, nácar, marfil y bronce, y muchos cajoncitos, donde guardaba Pepita cuentas y otros documentos. Sobre la misma mesa había dos vasos de porcelana con muchas flores.

Seguramente era una ciudad de muñecas; ¡pero qué muñecas!... Por diversos lados salían blancas pelucas, y ninguna puerta se abría en los huecos del piso segundo, sin dar paso a una bonita figura de cera, estopa o porcelana; y todas corrían por los pasadizos gritando: «ya es la hora...». En las escaleras se cruzaban galones que subían con galones que bajaban... Todos los muñecos tenían prisa.

Hermosísimo era el palacio, y la porcelana hecha de la pasta molida del mejor polvo kaolín, que da una porcelana que parece luz, y suena como la música, y hace pensar en la aurora, y en cuando empieza a caer la tarde.

La pobre chica, avergonzada y fuera de , no sabía cómo substraerse a las miradas de Arturo. Pero ¡ay! tomábase, por pudor, un cuidado completamente inútil: el Conde no la miraba; embebido por entero en una idea que parecía excitar su despecho y su cólera, recorría a grandes pasos el aposento, y acabó por tropezar con un jarrón de porcelana, que saltó hecho pedazos.

La persona que nos conducia nos preguntó, señalando á los tules que decoraban los remates de aquellos trajes: ¿Qué creen ustedes que es esto? Yo respondí: Creo que es un tul que se ha unido á la porcelana. Pregunté á mi mujer, y mi mujer creia como yo que era tul. Nuestro guia se sonrió en señal de triunfo, diciéndonos que no lo habiamos mirado bien.