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Uniósenos D. Paco, y el General español escribió un oficio a Dupont, rogándole que nos permitiera hacer indagaciones en el campamento francés, para ver si se encontraba allí a D. Diego, herido o muerto. Visitamos el hospital enemigo, y entre los heridos no había ningún español, lo cual nos desconsoló sobremanera.

Ya se comprenderá fácilmente que en este libro no nos ocupamos con detencion de nuestro pais: si la índole de una obra como esta, en la que solo están apuntadas las impresiones de un viaje, nos permitiera entrar en el exámen de su espíritu público, de la organizacion de la familia, de sus relaciones sociales, de su carácter digno y altivo, de sus grandes instituciones; entónces podríamos trazar un cuadro consolador y admirable.

Favorable acogida alcanzaron los dos comisionados en el ánimo de aquel ilustre Príncipe, quien comenzó, á fuer de prudente y morigerado, por entregarles una carta para el mismo prelado Arias, en que le suplicaba devolviese los bienes á los Hermanos de la pobre vida y les permitiera hacer uso de la concesión del Sumo Pontífice.

Y si acaso Dios permitiera que tu Rey te mandara alguna cosa contraria á la justicia, hazla, que Dios le castigará á él y te premiará á ti en la otra vida. Serás mártir. ¿Qué mayor gloria? El martirio del deber es grande y sublime. Lázaro se hundió más. Observa continuó Elías, el espectáculo de esa nación.

Estaba yo en una ventanilla de la parte opuesta al andén, y vi cómo un hombre saltaba desde la techumbre de un vagón inmediato, con la asombrosa ligereza que da el peligro. Cayó de bruces en un campo, gateó algunos instantes, como si la violencia del golpe no le permitiera incorporarse, y al fin huyó a todo correr, perdiéndose en la oscuridad la mancha blanca de sus pantalones.

El pestillo crujió de nuevo mientras tanto; indudable era que el vecino lo echaba o descorría, y como natural era suponerlo echado, podía muy bien sospecharse que intentaban abrirlo. La puerta, charolada con gran primor, no presentaba agujero ni resquicio alguno que permitiera la vista.

Púseme colorado; nunca Dios lo permitiera, pues al instante se puso uno que estaba a mi lado las manos en las narices y apartándose, dijo: -Por resucitar está este Lázaro, según olisca. Y con esto todos se apartaron tapándose las narices. Yo, que me pensé escapar, puse las manos también y dije: -V. Mds. tienen razón, que huele muy mal.

La vanidad austríaca no hubiera puesto su boca prominente debajo de la nariz borbónica, símbolo de doblez, con más acierto y simetría que como estaba en la cara de Fernando VII. Dos patillas muy negras y pequeñas le adornaban los carrillos, y sus pelos, erizados á un lado y otro, parecían puestos allí para darle la apariencia de un tigre en caso de que su carácter cobarde le permitiera dejar de ser chacal.

Fue él quien me puso en el sendero de la dicha, quien abrió mi espíritu a la luz vivificante del saber y quien despertó en mi alma los anhelos y las esperanzas que fortificaron y alentaron mis ambiciones, formándome con la experiencia de su vida asendereada de bohemio y de vagabundo, una sólida plataforma que me permitiera elevarme sobre el nivel vulgar a que me condenaban mis condiciones personales y el medio en que me agitaba.

La conduje hasta su coche y llegados a él, el estribo bajo y Magdalena envuelta en su abrigo de pieles, le dije: ¿Me permite usted acompañarla? No había contestación que darme sobre todo a presencia del señor D'Orsel y de Julia. La pregunta era, por otra parte, de las más sencillas. Subí casi antes que ella me lo permitiera.