Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 19 de junio de 2025
»Dentro de breve tiempo vino sobre nosotros un contagio que hizo tal estrago, que pensamos perecer todos, y creyendo que era castigo del cielo, en pena de aquel delito, nos acordamos de que los cristianos, para aplacar la justicia de Dios se disciplinaban hasta derramar sangre de las espaldas.
Pero eso no impide que aquí como en todas partes prevalezca al cabo lo que debe prevalecer y perezca lo que debe perecer. Yo he vivido siempre bien alejado del mundo de las artes y las letras, pero tengo el presentimiento de que en la literatura los enemigos contribuyen más a formar las reputaciones que los amigos.
El hombre era una bestia para aquella ciencia. El instinto reemplazaba al alma: nada del Dios omnipotente que había formado el mundo: nada de existencia espiritual después de perecer la materia. Esta vida sólo tenía por escenario la tierra. Luego de la muerte un poco de podredumbre: polvo: nada.
Pero ¿quién ha ido a provocarlo? ¿Quién fue a sacarle de su palco para injuriarlo? ¿Quién es el que fríamente concierta las condiciones de un desafío en que sin remedio había de perecer un pobre joven, casi un niño?
Y el resultado de sus reflexiones fue anunciar que sólo le quedaban al mundo ciento cincuenta años de vida, pues había de perecer seguramente en 1656. Se nota en él dijo Ojeda algo de la exaltación feroz a los antiguos hebreos, que siempre que constituían nacionalidad, perseguían y degollaban por querellas religiosas.
Las gentes se los imaginan numerosos y apretados como las piedras de un pavimento, pero sólo un buque entre mil recibe sus ataques... Además, contigo no temo nada: si nuestro destino es perecer en el mar, moriríamos juntos. Se hizo insinuante y seductora, avanzando las manos sobre los hombros de él, tirando de su cuello con un apasionamiento que equivalía á un abrazo.
Todos se le ofrecían para acompañarle, y le prometían venganza para el caso de perecer en la lucha. Al fin llegaron a la quinta designada, y se avistaron con el enemigo. Los testigos platicaron, midieron los sables, y los pusieron en manos de los contendientes.
Que San Pablo me haga perecer la primera vez que salga al mar, si no es verdad que hace dos horas he visto la tartana del condenado fondeada a un tiro de fusil de Conil; y es tan verdad, señores, que he encontrado cerca de Vejer un destacamento de aduaneros que se dirigían apresuradamente a la costa, guiados por Blasillo, el hijo de Blas, que había ido a prevenirle; yo no quiero contradecir a la señora Isabel, ¡pero que Dios me aplaste si miento!
Si por excesiva condescendencia, primero, y después por una distracción de usted, estuvo Nieves a punto de perecer, y usted la salvó con riesgo de la propia vida, ¿qué mil demonios le ha quedado a deber al señor don Alejandro ni al lucero del alba tampoco?
De tal suerte combatida y sin poder de ningún modo devolver iguales destrozos, la tripulación, aquella alma del buque, se sentía perecer, agonizaba con desesperado coraje, y el navío mismo, aquel cuerpo glorioso, retemblaba al golpe de las balas.
Palabra del Dia
Otros Mirando