Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 31 de mayo de 2025
Don Pablo Aquiles entraba a las seis del Ministerio, minuto más o menos: se quitaba el pesado gabán y revestíase de una chaqueta vieja bien holgada, calzaba los pantuflos e iba a sentarse al lado de la chimenea, apagada desgraciadamente siempre, delante de la pantalla en que las escuálidas cigüeñas se miraban tristonas, cual si lamentaran, ellas también, la ausencia del fuego alegre y reparador.
El torero, enardecido por el ímpetu con que le acometía la fiera, se olvidó de doña Sol y de todos, atento únicamente a esquivar sus ataques. Revolvíase furioso el toro, viendo que el hombre se deslizaba invulnerable entre sus cuernos, y volvía a caer sobre él, encontrándose siempre con la pantalla roja del chaquetón.
Todavía estaba en la mesa, en el mismo lugar en que Olga la apagó para sumirse en la noche eterna. El recipiente de vidrio estaba todavía lleno de petróleo; su dueño se había dado prisa para entregarse al descanso. Con precaución, levantó el tubo para encender la mecha; la llama, atenuada por la pantalla, iluminó con un resplandor apacible y suave el espacio silencioso.
Sin apurarse, poco a poco, se insinuaría él en el ánimo de la agraciada niña. Para escapar a las indiscretas miradas de los tandilenses, el mismo capitán Pérez le serviría de pantalla... Porque, mientras don Mariano continuaba callado y pacientemente su obra de ganarse la voluntad de Coca, corrían en el pueblo innumerables anécdotas e historietas acerca del oficial.
Dos balcones del piso principal están interiormente iluminados por un resplandor medio amarillento, medio rojizo, formado por las llamas de la chimenea y la luz de una gran lámpara con enorme pantalla de seda color de oro.
El secretario apareció a los pocos minutos, y sin traspasar el marco de la puerta, dijo con afectada solemnidad: Su Ilustrísima va a llegar en este momento. Obdulia cerró los ojos y se agarró con más fuerza a la butaca. Cuando los abrió tenía delante de sí la figura imponente del prelado. La estancia se hallaba a media luz a causa de la pantalla que cubría el quinqué.
El arte antiguo de los pesados jarrones de cobre preciosamente trabajado, que figuraban dragones fantásticos sobre la chimenea de mármol negro, no parecía contradecirse con el arte ligero de una lámpara moderna que difundía, suavemente atenuada por el moaré de la pantalla, la luz de la bombilla eléctrica oculta en el esbelto pie de alabastro.
Aun cerca de las cascadas, conservan tenazmente su forma masas de nieve convertidas en hielo y rociadas continuamente por el salto del agua. Parece que se niegan á fundirse. Se ve con frecuencia delante de la movible catarata del torrente una especie de pantalla formada por una catarata solidificada, la de las nieves heladas que detuvieron el curso del torrente durante el invierno.
Palabra del Dia
Otros Mirando