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Actualizado: 31 de mayo de 2025


Ahora le llaman el distinguido pensador. ¿A que no le llaman a usted así, a pesar de lo mucho que piensa? Porque usted no piensa con juicio y él . Por la noche estaban en la botica, además de Ballester, los dos practicantes Padilla y Rubín.

Don Carlos Padilla y el Marqués de la Vega de la Sagra mueren en el patíbulo por intentar rebelarse contra el Rey; el Duque de Híjar, acusado de querer alzarse con Aragón, sufre tormento; del gran Duque de Osuna se sospecha que soñó con el trono de Nápoles, dando ocasión a que Villamediana dijese: También Nápoles dirá que Osuna la saqueó: así lo creyera yo si el Duque fuera un bajá; que no porque rico está usurpó bienes ajenos: antes, por respetos buenos, fue tan humilde, que el Rey, le dio oficio de Virrey y aspiró a dos letras menos.

Sentí más honda mi miseria ante su cuerpo, todo amor, sacudido por los sollozos de su dicha muerta. Sin darme cuenta casi, me detuve. ¡Inés! llamé. Mi voz no era ya la de antes. Y ella debió notarlo bien, porque su alma sintió, en aumento de sollozos, el desesperado llamado que le hacía mi amor, esta vez , inmenso amor! No, no... me respondió. ¡Es demasiado tarde! Padilla se detuvo.

Según las más recibidas noticias, nació Padilla en nuestra ciudad en 1468, perteneciendo su linaje á gente bien acomodada y que de antiguo tenían su asiento y residencia en la población, debiendo desde su primera juventud consagrarse al estudio y cultivo de las musas, pues á la edad de veinticinco años, cantó en un poema las hazañas del famoso don Rodrigo Ponce de León, poema titulado Laberinto del marqués de Cádiz, que fué impreso en Sevilla por Ungut y Polono en 1493.

La cámara y todos los destinos pertencientes á su persona, se servian por damas y caballeros de la primera nobleza de España; asi lo dice en las listas que de ellos forma D. Lorenzo de Padilla. Inútil es hacer mencion de las ropas y alhajas que habian de adornar á tan augusta princesa: se puede decir para abreviar que se habian dispuesto con elegancia y profusion.

Me creerá reanudó Padilla si le digo que en mis muchos insomnios de soltero descontento de mismo, la tuve así ante ... Salí de Buenos Aires sin ver casi a nadie, y menos a mi flirt de gran fortuna... Volví a los ocho años, y supe entonces que se había casado, a los seis meses de haberme ido yo. Torné a alejarme, y hace un mes regresé, bien tranquilizado ya, y en paz. No había vuelto a verla.

Fray Juan de Padilla falleció antes de mediar el siglo XVI; su nombre figura con elogio en las páginas de la historia crítica de nuestra literatura, y Sevilla, que lo tuvo por hijo, deberá siempre consideración y respeto al nombre de este poeta, de quien sólo he intentado trazar un ligero apunte.

Fueron entonces condenados á muerte los principales cabecillas ó jefes de Comuneros; pero como el D. Pedro Maldonado Pimentel tuviese parentesco con el famoso Conde de Benavente, consiguióse que el otro Maldonado, conocido por el de la calle de los Moros, muriese en lugar suyo con Bravo y con Padilla, cual si este bárbaro ardid pudiera deslumbrar á la opinión pública..... ni aun en tiempos en que no había periódicos.

Así es conocido, más que por su verdadero nombre de Juan de Padilla, el poeta sevillano, autor de El Retablo de Cristo y Los doce triunfos de los doce apóstoles, los dos poemas alegóricos más importantes que produjo la lengua castellana en los fines del siglo XV y principios del XVI.

En lo alto de la composición estaban Riego, Torrijos, Mariana Pineda, Zurbano, Lacy, Porlier, y más abajo, separados de aquéllos por una nube, se abrazaban Bravo, Padilla, Maldonado y Lanuza, a cuyos pies había, como serpiente vencida, una cadena enroscada formando caprichosos dibujos.

Palabra del Dia

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