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Llegaron él y el señorito Álvaro, a caballo, a escape; tomaron un refresco como usted, y corrieron a San Pedro.... Creo que no habían oído misa y quisieron coger la de la fiesta.... En aquel momento, hacia oriente sonaron estrepitosos estallidos de cohetes cargados de dinamita. Ya están al alzar dijo la doncella.

El traje de la india rica, que hoy se confunde con el de la mestiza, es sumamente gracioso. No siendo una mujer verdaderamente fea, parece bonita con el pintoresco atavío de las hijas del Oriente. Ahora , lo que debemos manifestar es que el aire para llevar ese traje es preciso tomarlo desde el vientre de la madre.

El muro de occidente tenia catorce; el del norte tenia cinco, ademas del magestuoso alminar erigido sobre la puerta principal; por último, el de oriente estaba robustecido con diez torres, todas correspondientes á la parte que sufria el empuje de las naves, pues en el muro del patio no habia por aquel lado ninguna.

No había milagro; el sol iba á salir, la mañana prometía ser magnífica, la brisa era deliciosamente fría, las estrellas en el oriente palidecían y los gallos cantaban á más y mejor. Aquello era mucho pedir; ¡más facil le era á la Virgen enviar los doscientos cincuenta pesos! ¿Qué le cuesta á ella, la Madre de Dios, dárselos?

Las ánimas no eran verdaderamente dioses más que en cuanto los vivos los honraban con un culto fiel, y la primera manifestación de ese culto era el darles alimento. Ese culto, que se encuentra en Oriente como en Occidente, tenía por primera regla el no poder ser tributado por cada familia más que a los muertos que le pertenecían por la sangre.

En Oriente, a horas determinadas, la brisa del mediodía embriaga más poderosamente los sentidos del hombre que el vino de Tinos que se bebe con el nombre de malvasía; el corazón se funde como la cera; la voluntad se distiende, el espíritu se debilita. Si uno se esfuerza en pensar, las ideas se escapan como el agua que se va de entre los dedos.

Encontró en el camino una nacion de indios, harto docil, que le pidió el bautismo. Pasó hácia el oriente. Yo soy amigo de los de esta ciudad. Por la voz que corre de indios á indios, han sabido, que un sacerdote de los cristianos, anda por estas tierras: desean mucho que vayas allá; y para que creas que es verdad, me han dado estas señas.

Antes de partir para aquella segunda etapa de nuestro viaje, miramos por el ventanón el hermoso panorama de la Plaza de Oriente y la parte de Madrid que desde allí se descubre, con más de cincuenta cúpulas, espadañas y campanarios.

El Oriente será en cierto modo trasladado á las costas del Mediterráneo, y Marsella será un opulento santuario donde se confundirán por el cambio Europa y Asia, Africa y Colombia, como en una colonia de la humanidad.

Había alquilado un buque entero: «El Ceilán». Y a la mañana siguiente, por un mar azul-prusia, bajo el vuelo blanco de las gaviotas, cuando los primeros rayos del sol ruborizaban las torres de Nuestra Señora de la Guardia, puse proa hacia Oriente. «El Ceilán» tuvo un viaje monótono y lleno de calma hasta Shang-Hai.