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La cal de la pared, ennegrecida por la humareda del incendio, quedó jaspeada de manchas rojas, y rodeando al cadáver apareció un charquillo de sangre, que la tierra empapó rápidamente, cual si quisiera borrar el crimen de los hombres. En seguida el piquete se alejó, dejando allí dos individuos, en tanto que otra pareja iba al pueblo para ordenar que fuese sepultado el muerto.

CAP. XIV. En que trata cómo Inca Yupanqui constituyó y ordenó la órden que se habia de tener en el hacer de los orejones, y los ayunos, cerimonias ó sacrificios que en el tal ordenar se habian de hacer, constituyendo, en este tiempo que esto se hiciese, una fiesta al sol, la cual fiesta y ordenamiento de orejones llamó y nombró Raymi. 89

En Enero del 76, había conseguido domarle hasta el punto de que le llevaba consigo a la oficina, teníale allí ocupado en ordenar papeles o en tomar algún apunte, y por las noches solía llevarle a la tertulia del café, donde estaba el pobre chico como en misa, oyendo atentamente lo que se decía, y sin desplegar sus labios.

Simples condiciones externas, como la representación visible de milagros, la aparición de ángeles y demonios, de la Virgen María y de su Hijo, han servido también, al parecer, como en la clase anterior, para ordenar á algunas comedias en la categoría de divinas.

Su único contento era entonces revolver su tesoro, ordenar y distribuir los objetos, que eran de una variedad extraordinaria, y por lo común, de una inutilidad absoluta. Los pedacitos de lanas de bordar y de sedas y trapo llenaban un cajón.

Al ver á Antonio pegado á la reja de su querida, á pesar del escaso interés que ésta le inspiraba, no pudo reprimir un movimiento de ira; se abalanzó para ordenar al cochero que parase; pero, sosegándose repentinamente, se encogió de hombros exclamando: ¡Ps! ¡Buen provecho!... Todos los cerdos saben el camino de sus pocilgas.

Entre tanto, echaremos mano de los recursos de que podemos disponer, hoy por hoy; y con ellos solamente, yo te prometo, hija mía, que si perseveras en tus buenos propósitos, no has de aburrirte un minuto aquí, por muy recio que llegue a tronar, como Dios nos salud... Ahora, y por de pronto, tenga usted la bondad, señora Catana, de ordenar que se nos sirva en seguidita el desayuno; y con las fuerzas que nos y mientras le tomamos, o de sobremesa, haremos el plan de campaña para hoy, o para toda la quincena, si nos conviene a ti y a . ¿No es cierto, Nieves?... Pues andando para dentro.

Así como el afecto que se tienen, y la ternura y cordialidad con que se tratan y tratan a todo el mundo, ejercen aquí benéfica influencia en las costumbres, así la elegancia y el buen gusto, con que acabarán ahora de ordenar su casa, servirán de mucho para que la cultura exterior cunda y se extienda.

Pero una mujer que estaba en un corredor tendiendo ropa y había oído la última pregunta, respondió por él. , señora, ; el tío Goro y la tía Felicia viven en aquella casa que tiene un árbol grande delante. Vea usted; ahora sale el tío Goro con un jarro á ordeñar. D.ª Beatriz se dirigió á la casa señalada. El tío Goro ya había entrado en el establo.

Prometí á V. no ha muchos días, mi excelente amigo, darle cuenta de los curiosos pormenores contenidos en la «Quenta del gasto que se hizo en el hospedaxe del embajador de yngalaterra en estos Reales Alcázares de la Ciudad de Sevilla por mandado del Conde Duque de Olivaressegún reza un curioso m-s. que tuve la suerte de encontrar en la tarea que me impuse, años hace, de ordenar los involucrados papeles de aquel Palacio.