Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 13 de junio de 2025
Tendiome su mano enflaquecida, me perdonaba, no me maldecía ya, me amaba; me amaba, sí; amaba al pobre Gerardo, que ha olvidado todos sus sufrimientos... Pero no es esto, señora, de lo que quiero hablarle, sino de usted... de usted, de quien él se acuerda sin cesar. Pues que ella me cree muerto dijo, que no salga nunca de su error.
Casilda dijo Dorotea cuando se quedó sola , que vaya Pedro al coliseo, y que avise de que esta tarde no puedo representar. Estoy muy enferma. Con tanto accidente habíasele olvidado al duque de Lerma revocar la orden que había dado á Santos, su secretario, para que prendiesen á Quevedo. Y esto no tenía nada de extraño.
Cuando llegó Rubín, a las doce, salió a abrirle su amiga con semblante risueño. Ya estaba la mesa puesta, porque la mujer aquella multiplicaba el tiempo, y como quisiera, todo lo hacia con facilidad y prontitud. Dijo el enamorado que tenía mucha hambre, y ella le recomendó una chispita de paciencia. Se le había olvidado una cosa muy importante, el vino, y bajaría a buscarlo.
Se había olvidado de eso porque al volver de casa del señor Lammeter no había tenido que atravesar la aldea; en cuanto a salir a hacer compras por la mañana no había que pensar. La niebla estaba muy fea para salir; pero había cosas que Silas prefería a sus comodidades.
¿Se había olvidado ya el General Otis del favor que el ejército filipino le dispensara, cediéndole á él y á sus fuerzas, los arrabales y blockhaus que con tantos sacrificios se tomaron?
He dado en pensar, cuando esto me pasa, que en esos momentos no me quieres; que no piensas en mí; que me has olvidado; que soy un cadáver en tu memoria. Y esto me aflige, me acongoja, me llena de amargura. ¿Será cierto que a veces te olvidas de tu Linilla?
En obsequio a la verdad, hay que decir que se había olvidado "casi" de los millones de Calderón, que amaba ya a la hija "casi" desinteresadamente. ¿Conque ha hablado usted en el Ayuntamiento, Ramón? le preguntó Pacita . ¿Y qué ha dicho usted? Nada, cuatro palabras sobre el servicio de alcantarillas respondió con afectado aire de modestia el joven. ¿Pueden ir las señoras al Ayuntamiento?
Paz y Salomé fruncieron el ceño para que nadie pudiera poner en duda su indignación. Lázaro no contestó, porque estaba muerto de vergüenza, y en aquel momento las dos damas le parecían las dos personificaciones más perfectas de la justicia humana. ¿Recuerdas lo que te dije cuando fuí á verte á la cárcel? Sí, señor: no lo he olvidado.
Ana se había olvidado del Magistral desde la tarde anterior; ¡ni una vez sola, desde la aparición de don Álvaro a caballo había pasado por su cerebro la imagen grave y airosa del respetado, estimado y admirado padre espiritual! Y ahora se presentaba de repente dándole un susto, como sorprendiéndola en pecado de infidelidad. Por la primera vez sintió Ana la vergüenza de su imprudente conducta.
Fernando sintió al verla indecisión y timidez; pero ella, deteniéndose un momento, vino en su auxilio. Le saludó, preguntando con un retintín irónico cómo había pasado la noche. Sonreía protectoramente, dando a entender que perdonaba a Ojeda su travesura de niño grande. Todo estaba olvidado... Y le tendió una mano antes de alejarse, continuando su marcha de ritmo varonil.
Palabra del Dia
Otros Mirando