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Actualizado: 3 de junio de 2025


Era curioso oir á todas esas vivanderas y á los bateleros hablar en inglés, español, francés y aún alemán con la soltura ménos gramatical del mundo, pero con una gracia encantadora, estropeando todas las lenguas y haciendo de ellas una especie de olla podrida tan extravagante como típica.

Íbamos al Norte de América, tragadero insaciable de hombres, olla hirviente de razas, tierra de prodigios absurdos y opulencias insolentes... Pero ahora, el camino se ha bifurcado: conocemos nuevos mundos.

Cuando están asadas se ponen en una olla y se les echa para cada par de perdices dos jícaras de aceite, dos de vinagre, un vaso de agua, seis dientes de ajo, seis granos de clavillo, diez de pimienta, tres hojas de laurel y la sal necesaria.

Si mientras el Tuerto estaba á la mar, alguno de sus hijos rompía la olla, ó se comía el pan que estaba en el arcón, ó hacía cualquiera diablura propia de su edad, en el balcón le sacudía el polvo su madre, en el balcón le estiraba las orejas y en el balcón le bañaba en sangre la cara.

El pobre duque estaba tan acosado por todas partes de recelos, tan asustado por avisos; y era tan grave lo que acerca de la reina le había dicho Francisco Martínez Montiño, que su cabeza se había convertido, como decimos los españoles, en una olla de grillos.

Cuando llegaban al término de su viaje, con las cejas y la boca llenas de polvo, flojos y despeados por la marcha, se presentaban al alcalde, y el más desvergonzado, que llenaba las funciones de director, hablaba de los méritos de su gente, dándose todos por felices si la generosidad municipal los aposentaba en la cuadra del mesón, regalándolos encima con una olla, que quedaba limpia a los pocos instantes.

21 Y será toda olla en Jerusalén y en Judá Santidad al SE

CORZO. Después de limpio se asa y se pone en una olla con vino blanco, pimentón, pimienta, laurel y tomillo; cuando ha hervido bastante se agrega caldo y deja cocer hasta que esté en su punto. PIERNA DE CORZO AL HORNO. Se tiene unas horas en vino blanco, sal y ajo; luego se unta con manteca de cerdo y se pone al horno. Se sirve con jugo y ensalada.

Venían hablando de comida y de jornal: Yo, viendo que ninguno se meneaba, me planté como un pino ante el maestro, e le dije que, con el salario que él nos daba no alcanzábamos a llenar la olla a los nuestros, e que con la sopa de torrezno y el vil mendrugo de hogaza que de él recebíamos, se nos iba secando la enjundia. ¿Qué os respondió? Respondió: malos monjes seríais vosotros, picaronazos.

Así vestidos saliéron en procesion, y oyéron un sermon muy tierno, al qual se siguió una bellísima música en fabordon. A Candido, miéntras duró el canto, le pegáron doscientos azotes á compas; al Vizcayno y á los dos que habian comido la olla sin tocino los quemáron, y Panglós fué ahorcado, aunque no era estilo. Aquel mismo día, tembló la tierra con un furor espantable.

Palabra del Dia

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